Las fuerzas turcas no están solo saqueando cada aldea y ciudad en la que entran, sino que están cortando las carreteras para exigir pagos de la población que circula por ellas.
Cuando Derwêş Mihemmed Mihemmed y su esposa, de la aldea de Cirin en Eyn Îsa, fueron a ver como estaba su casa en la aldea, su coche y todas sus pertenencias fueron confiscadas por los mercenarios bajo control del estado turco.
La pareja afirma que los mercenarios dieron dos opciones, o se llevaban todas sus pertenencias o les secuestraban.
“Han venido a saquear y robar. Lo que se encuentran lo roban. Les dimos todos para que nos dejaran en paz”.