Preocupados por la salud y la seguridad de Abdullah Öcalan, miles de personas en Hesekê salieron a las calles exigiendo claridad sobre la situación en la isla prisión turca de Imrali, donde el líder kurdo está aislado del mundo exterior. Exigieron el levantamiento inmediato del confinamiento solitario y el contacto inmediato con su equipo de defensa.Instaron a las organizaciones internacionales a intervenir.
Desde 2019, Abdullah Öcalan y sus tres compañeros de prisión, Ömer Hayri Konar, Hamili Yıldırım y Veysi Aktaş, no han podido reunirse con sus abogados. El último contacto físico con ellos tuvo lugar durante una visita familiar en marzo de 2020. Aproximadamente un año después, las autoridades turcas permitieron una llamada telefónica más. Desde entonces, han pasado 21 meses y los presos de Imrali siguen recluidos en régimen de aislamiento absoluto. Según la Oficina Jurídica Asrin, que representa a Öcalan y a sus compañeros de prisión, se trata de una situación que viola las normas jurídicas universales y las leyes nacionales y constituye tortura y malos tratos.
Cuando el Comité contra la Tortura (CPT) del Consejo de Europa anunció a principios de octubre que había realizado una visita a Turquía en septiembre y también había inspeccionado Imrali, la sociedad kurda esperaba que esto aportara transparencia y claridad a la situación en la isla prisión. Pero como Asrin anunció esta semana, Öcalan no participó en la conversación con la delegación del CPT.
Las organizaciones kurdas llamaron a protestas para presionar a las instituciones involucradas para que intervengan urgentemente y garanticen que las visitas a Imrali finalmente puedan tener lugar: "Nuestra demanda se dirige ante todo al Consejo de Europa y a su Comité contra la Tortura; deben cumplir con su responsabilidad sin demora. Exigimos claridad sobre el estado de salud de Abdullah Öcalan. La detención en régimen de incomunicación debe cesar de inmediato. El líder del pueblo kurdo debe ser puesto en libertad de inmediato", ha manifestado Mihêdi El Dixem. Desde el PYD se criticó que las violaciones de los derechos humanos en Turquía estaban siendo "ignoradas" por la comunidad internacional y que la nueva ola de ataques contra las áreas autónomas del norte y este de Siria (AANES) también estaba siendo aprobada de facto.
Xalida Boti, de la organización de mujeres Kongra Star, señaló que el estado turco seguia una "política de rehenes" sistemática y que no solo Öcalan se vio afectada por esto, sino muchas otras personas, decenas de miles que estaban tras las rejas: "Por lo tanto, los pueblos de la región intensificarán su lucha y aumentarán la presión sobre las instituciones responsables para que cumplan con sus deberes. Así como Öcalan siempre ha defendido los derechos de las mujeres, nosotras, como mujeres, también lo apoyaremos. Por lo tanto, hacemos un llamamiento a todas las organizaciones sociales, políticas y especialmente a las organizaciones de mujeres para que extiendan la resistencia por la libertad de Abdullah Öcalan. Bê Serok Jiyan Nabe. [No hay vida sin el líder]".