Mientras el Presidente turco Tecep Tayyip Erdogan, por invitación del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), pide apoyo financiero para su zona de ocupación en el norte de Siria en el Foro Mundial para los Refugiados en Ginebra, más y más personas llegan al campamento Washokani cerca de Hesekê. El campamento fue establecido por la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES) y está destinado a la gente de Serêkaniyê (Ras al-Ain), forzada a desplazarse por la invasión turca.
La operación de ocupación turca iniciada el pasado 9 de octubre desencadenó un éxodo masivo. Durante los primeros días, los desplazados de Serêkaniyê fueron acomodados, principalmente, en escuelas de Hesekê y las zonas colindantes. El campamento de Washokani, localizado a 12 kilómetros al oeste de Hesekê, todavía está en construcción, pero ya viven en él 4.500 personas en 805 tiendas de campaña. La AANES y la Media Luna Roja Kurda (Heyva Sor a Kurdistanê) tratan de cubrir por lo menos las necesidades básicas de los refugiados. No reciben ninguna ayuda internacional ni de organizaciones médicas.
Según Hesen Yûsiv, encargado del mantenimiento del campamento, otro grupo de desplazados llegó ayer al campamento. A cada familia se le ha dado un hornillo y gasóleo. Desde ayer, también hay una red eléctrica en el campamento, y se está trabajando para que llegue a todas las tiendas de campaña.
Desde el comienzo de la guerra de ocupación turca en el nordeste de Siria el pasado 9 de octubre, más de 300.000 personas han tenido que abandonar sus hogares.
Según la Oficina de Servicios Sociales de la AANES, 478 civiles murieron y otros 1.070 resultaron heridos en los ataques, mientras que más de 300.000 han sido desplazados. Mucho de estos desplazados internos han huido hacia el sur y se alojan en casas de familiares, edificios públicos o campamentos.