Once años de la Revolución de Rojava
Hace once años, el 19 de julio de 2012, el pueblo de Kobane tomó las riendas de su propio destino, repeliendo a las fuerzas sirias de Assad y embarcándose en el establecimiento de su propio gobierno autónomo.
Hace once años, el 19 de julio de 2012, el pueblo de Kobane tomó las riendas de su propio destino, repeliendo a las fuerzas sirias de Assad y embarcándose en el establecimiento de su propio gobierno autónomo.
Hace once años, el 19 de julio de 2012, los kurdos encontraron su propio “Día de la Libertad” cuando el pueblo de Kobane tomó las riendas de su propio destino, repeliendo a las fuerzas sirias de Assad y embarcándose en el establecimiento de su propio gobierno autónomo. Al día siguiente, el 20 de julio, el pueblo de Afrin se unió a ellos en este empeño, desencadenando una ola de resistencia exitosa en los días y meses siguientes en toda la región que hoy conocemos como Rojava. La heroica resistencia de estos hombres y mujeres kurdos asediados inspiró inmediatamente la solidaridad de los espectadores de todo el mundo, y pueblos de todas las naciones se unieron a la defensa de Kobane.
Lo que ha llegado a conocerse como la Revolución de Rojava se inspiró directamente en el liderazgo y los escritos de Abdullah Öcalan; fue una aplicación práctica de sus ideas políticas fundamentales y una contribución única a la política del Kurdistán y de la región más amplia de Oriente Medio, con implicaciones globales y valiosas lecciones para todos los pueblos del mundo. En este sentido, Rojava es una manifestación tangible de los ideales democráticos de Öcalan y del movimiento kurdo. Estos siguen contribuyendo de forma vital a la transformación de la región de Oriente Medio y ofrecen esperanza a los pueblos de todo el mundo.
La Revolución de Rojava representa una transformación total de la organización social, que introduce la democracia popular y establece la autoorganización desde los cimientos y en toda la estructura de la sociedad, con la participación directa de hombres y mujeres de todos los credos sobre la base de la plena igualdad. En resumen, el surgimiento de Rojava iba a ser la realización contemporánea de un sueño largamente acariciado por los pueblos de todo el mundo y a lo largo de los siglos de vivir en libertad y con la posibilidad de controlar sus propias vidas dentro de una comunidad armoniosa de iguales. En esencia, Rojava significaba esperanza y construcción de una nueva vida. El modelo político se ha establecido así en decidida oposición al antiguo régimen Baaz. Numerosas personas de la sociedad participan en una amplia variedad de actividades locales y sociales, desde las comunas y los consejos hasta el trabajo en el sector sanitario, el movimiento de mujeres o en estructuras de autodefensa.
Rojava se estableció en una situación de la más extrema adversidad y nació de la necesidad en el contexto de un intenso conflicto que exigía una movilización urgente para defender a estas comunidades predominantemente kurdas y repeler las agresivas incursiones del régimen sirio y de los grupos terroristas del autodenominado Estado Islámico (ISIS). El Centro de Información de Rojava (RIC) subraya que "Rojava también ha sido sinónimo de guerra contra el ISIS, ocupación de Turquía, campos de refugiados superpoblados, escasez de agua, malas cosechas y pobreza generalizada. Pero con el telón de fondo de una guerra en curso, la ocupación, un embargo debido a la guerra civil siria y una precaria situación humanitaria que hace que los productos básicos escaseen, Rojava ha resistido durante diez años. Las zonas controladas por la democrática 'Administración Autónoma del Norte y Este de Siria' (AANES) han crecido desde 2012 y ahora incluyen un tercio del territorio sirio y casi una quinta parte de su población." Contra todo pronóstico, Rojava unió a kurdos, árabes y a todas las demás nacionalidades y etnias en una causa común de construcción de una sociedad más justa que se rigiera por criterios democráticos, un hecho nunca visto en una región tanto tiempo sometida a la tiranía y a dictaduras opresivas.
Además, la Revolución de Rojava también incorporó los fundamentos de la política medioambiental, el feminismo, el antirracismo, el humanismo y el multiculturalismo dentro de una perspectiva moderna que pretende abordar los principales retos a los que se enfrentan la humanidad y el planeta en el momento actual de la historia. Estas razones, así como los sentimientos de solidaridad con la justicia de la causa kurda, inspiraron la solidaridad internacionalista para la Revolución de Rojava. En esto radica toda la importancia de Rojava para el futuro de la humanidad en su conjunto. A partir del ejemplo de Rojava, se están sentando las bases de una nueva sociedad que tiene implicaciones para todos nosotros y nosotras.
La revolución de Rojava es una revolución de todos los pueblos de Oriente Medio y, de hecho, de todos los pueblos del mundo que buscan la justicia y una sociedad mejor.
Once años después, la "existencia continuada del Norte y el Este de Siria (NES) —el nombre más inclusivo de la región, que abarca Rojava, de mayoría kurda, y las zonas de mayoría árabe a orillas del Éufrates— es un logro en sí mismo. En los once años transcurridos desde 2011, la Revolución de Rojava se ha mantenido comprometida con sus antiguos valores y ha consolidado sus logros, incluso cuando todos los demás avances de los levantamientos de la llamada 'Primavera Árabe' fueron aplastados o cooptados por los gobiernos nacionales", ha agregado el RIC.
Y ha continuado: "Turquía ha invadido el NES dos veces desde 2016, y sigue ocupando grandes franjas del norte de Siria. ISIS solo fue derrotado territorialmente en 2019, después de más de cuatro años agotadores desde que fue empujado hacia atrás por primera vez durante la Batalla por Kobane en 2014-2015. Desde entonces, sin embargo, el ISIS ha permanecido activo en el NES, protagonizando grandes ataques ocasionales, mientras libra una guerra irregular de desgaste en la región de Deir ez-Zor y más allá. No ha sido derrotado en absoluto.
Pero a pesar de todas estas adversidades, la sociedad del NES ha seguido estableciendo y desarrollando estructuras políticas (relativamente) estables. Se han introducido instituciones jurídicas, como los comités de paz. Estos órganos, basados en el consenso, se encargan de resolver los conflictos y han sustituido en gran medida al sistema judicial jerárquico habitual en las sociedades occidentales. Además, en 2014 y 2016 se adoptaron dos contratos sociales —similares a una constitución local—, como producto de un proceso de colaboración social durante el cual los debates colectivos determinaron qué temas se incluirían. Actualmente se está trabajando en un nuevo contrato social, que reflejará mejor todas las regiones bajo el paraguas de la AANES. Estos contratos sociales han formalizado los ya descentralizados procesos de toma de decisiones de la región y consolidado gran parte del poder legislativo de los consejos locales. Muchos de estos cambios en el NES pueden describirse como una democratización radical de la sociedad y la vida. Esto, a su vez, está cambiando la forma en que la gente piensa y concibe conceptos jurídicos como el derecho y la justicia."