La guerra de agresión de Turquía contra el norte de Siria, que comenzó el 9 de octubre de 2019, ha desencadenado un éxodo masivo. Más de 300,000 personas han sido expulsadas de sus áreas residenciales afectadas por la agresión de la invasión, lo cual es contrario al derecho internacional y respaldado por milicias y mercenarios islamistas. Muchas personas han sido alojadas en campamentos instalados por la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria y la Media Luna Roja Kurda (Heyva Sor a Kurdistanê). Sin embargo, innumerables personas desplazadas aún buscan refugio en escuelas y edificios públicos que se han convertido en refugios de emergencia.
En la ciudad de Ain Issa, en el norte de Siria, según cifras oficiales, han llegado unas 1.000 personas desplazadas. Sin embargo, el número exacto no está claro, ya que las personas que buscan protección se han establecido en aldeas repartidas en una gran zona rural. Muchas personas se quedan con parientes. Por lo tanto, el censo de desplazados internos está resultando difícil, pero se espera que se complete en un futuro próximo.
Mientras tanto, el Consejo Civil de Ain Issa continúa sus esfuerzos para satisfacer al menos las necesidades básicas de quienes buscan protección. No se recibe ayuda de organizaciones humanitarias internacional, ya que casi todas las organizaciones cesaron su trabajo al comienzo de la agresión turca en el norte de Siria y evacuaron a su personal.
Según Abir Himmedi, copresidente del Consejo de Ain Issa, se distribuyeron agua potable y 200 litros de combustible para calefacción a las familias registradas hasta el momento. Además, los niños menores de 15 años recibieron ropa.
"Estas personas no han tenido nada desde que huyeron. Tuvieron que dejar todo atrás. Solo la ropa que usaron el día de su fuga se quedó con ellos. Nuestras capacidades son limitadas".
Himmedi hace un llamamiento urgente a las organizaciones internacionales para que tomen las medidas necesarias para ayudar a satisfacer las necesidades básicas inmediatas de los refugiados afectados. "Las personas desplazadas necesitan ayuda médica, logística y humanitaria. De lo contrario, un desastre humanitario será inevitable".