Activistas de las Juventudes del Partido de la Unión Democrática (PYD) han plantado alrededor de 200 árboles en Qamishlo.

El trabajo, llevado a cabo en la entrada occidental de la ciudad, se enmarca en los esfuerzos de forestación iniciados en el mes de enero.

Siria tenía una superficie densamente boscosa en el pasado, pero la flora y la fauna del país se fue empobrecido tras los miles de años de asentamiento. A día de hoy, el Norte y el Este de Siria posee las tierras cultivables más fértiles y una gran variedad de plantas prosperan en la región. Sin embargo, con la construcción del ferrocarril de Konya a Bagdad se quemaron cada vez más árboles y la zona fue utilizada como granero durante décadas. Como resultado, la región quedó dominada principalmente por tierras agrícolas. Bajo el gobierno de Baath se prohibió incluso la siembra de nuevos árboles. Desde la revolución de la Rojava, la reforestación ha sido una de las actividades principales en la región autónoma del nordeste de Siria.

El pueblo de Rojava ha construido un modelo de sociedad en el que la coexistencia se organiza de forma democrática, ecológica y en base a la igualdad de género. Estos son tres de los pilares del «confederalismo democrático», el concepto político del cerebro kurdo encarcelado Abdullah Öcalan. Este concepto, a su vez, se remonta a las ideas de Murray Bookchin, Immanuel Wallerstein y otros, y establece la unidad del ser humano y la naturaleza como guía para el desarrollo social.

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