Süleyman Êdi nació en 1956 en un pueblo de Qamishlo. Era el mayor de seis hermanos. En Damasco, donde iba a trabajar, quería organizar una acción frente al edificio presidencial el Día de Newroz en 1986 con un grupo de estudiantes universitarios para legalizar las celebraciones y reconocerlo como día festivo. Fue martirizado y dos de sus amigos resultaron heridos cuando las fuerzas del Baath abrieron fuego contra las y los manifestantes.
El hermano de Süleyman, Ahmed Sofi Êdi, habló con ANF con motivo de Newroz y relató: “Somos de la tribu Hesini, somos cinco hermanos y una hermana. Solíamos vivir en el pueblo. Tuvimos que mudarnos a la ciudad debido a dificultades financieras. Mi hermano Süleyman era el menor y trabajaba para mantener a la familia. Fue a Damasco a trabajar y permaneció allí durante dos años. Regresó al pueblo pero se fue de nuevo después de un tiempo porque encontró un trabajo allí. En aquel entonces, estaba prohibido celebrar el festival Newroz. Cuando salíamos a las calles a celebrarlo, las fuerzas estatales nos atacaban. Entonces los jóvenes fueron arrestados y nunca regresaron. Cuando la gente en Damasco quiso celebrar el Newroz, el estado no dio permiso. Mi hermano Süleyman y un grupo de sus amigos fueron al edificio de la Presidencia para protestar por la prohibición y exigieron que se reconociera oficialmente el festival. Las fuerzas del Baath abrieron fuego contra el grupo y mi hermano murió como mártir y dos jóvenes resultaron heridos. El estado no nos entregó su cuerpo. Después de un tiempo, lo enviaron en avión a Qamishlo.
Un día vinieron a nuestra casa y trataron de llevarse a mi mamá, pero como ella se negó, llevaron a mi papá al hospital. Hasta entonces, no sabíamos nada sobre el asesinato de mi hermano. Cuando le mostraron el cádaver en el hospital, mi padre tuvo un infarto. Trajeron el cuerpo de mi hermano y a mi padre a casa. También impidieron que la gente del lugar y sus familiares asistieran al funeral. Decenas de estudiantes fueron arrestados y muchas personas perdieron sus trabajos”.
Ferhat Êdi, sobrino de Süleyman Êdi, indicó que la resistencia ha continuado desde entonces: “Mientras vamos a las celebraciones de Newroz hoy, debemos tener bien en cuenta una cosa. Durante décadas, nuestra juventud y nuestro pueblo resistieron en estas tierras, y la sangre de nuestros mártires y héroes se derramó en cada centímetro de la tierra de Kurdistán. Estamos vivos gracias a ellos. Süleyman Êdi celebró el Newroz con su propia sangre, y nosotros, como su familia, seguiremos luchando y resistiendo hasta la última gota de nuestra sangre”.