Sena Omer fue desplazada dos veces, pero no abandonó la resistencia

Sena Omer tuvo que emigrar de Alepo en 2011 y de Afrin en 2018 debido a los ataques de la ocupación turca. Ahora vigila su casa, ocupada por mercenarios del Estado turco y utilizada como punto militar, desde Shehba.

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Sena Omer es una mujer natural de la aldea de Aqibê, en el distrito de Sherawa en Afrin. Omer, de 49 años, es madre de 4 hijos. Nació en Alepo y tuvo que trasladarse a la casa de su marido en Basilê, cuando los mercenarios del Frente Al Nusra atacaron Alepo en 2011. Abandonó su pueblo durante el ataque de invasión lanzado por el Estado turco ocupante contra Afrin en 2018 y se instaló en la aldea de Aqibê, en Sherawa. Ahora vigila su casa desde Shehba, a unos 900 metros de la aldea de Aqibê.

Omer contó que tuvieron que emigrar de Alepo e ir a la aldea de Basilê, en Sherawa, en 2011 debido a los ataques de los mercenarios. "Tras la declaración de la Administración Autónoma de Afrin, participé en las organizaciones comunales. Me involucré en las actividades de Kongra Star en 2015. Pudimos experimentar y trabajar por el renacimiento de nuestra lengua y cultura autóctonas. Teníamos una vida pacífica y estable. Nuestras escuelas impartían educación en la lengua materna, nuestra cultura se mantenía viva. La organización de las mujeres era fuerte. De hecho, la organización de la sociedad se llevaba a cabo bajo el liderazgo de las mujeres".

Omer continuó: "Con la ocupación de Afrin en 2018, el hogar que construimos con nuestras manos fue destruido. Tras la ocupación, tuvimos que abandonar nuestro pueblo. Emigrar por segunda vez no fue fácil. Construí mi casa con mis manos, cultivé mis olivos y árboles frutales con mis manos. Años de trabajo fueron saqueados, nuestros pueblos fueron quemados y destruidos. Muchas aldeas se convirtieron en puntos militares. El pueblo de Basilê, donde estaba mi casa, se ha convertido ahora en una base militar de los mercenarios. Todos los días miro mi pueblo desde el tejado o desde lejos. Puedo ver mi casa. Ahora los mercenarios se han asentado y no queda ni rastro de aquella casa celestial ni de la aldea. Me rompe el corazón que mi casa se haya convertido en una ruina".

A la espera de volver a su aldea

Omer dijo que espera volver a su aldea y añadió: "Los ataques continúan ininterrumpidamente. Abrimos los ojos por la mañana y vemos cañonazos. La situación de las familias con niños pequeños es aún peor. Los niños y las niñas se ven afectados negativamente por estos ataques. No se trata de ataques a distancia. Se ataca directamente al interior de las aldeas. La aldea de Aqibê es uno de los objetivos. Pero no perdemos la esperanza de volver a Afrin. Sabemos que el día en que volveremos a Afrin está cerca. Estos ataques no quebrarán nuestra voluntad y no abandonaremos la lucha. Tengo un hogar en Alepo, pero estoy esperando volver a mi casa en el pueblo de Basilê. El Estado turco quiere que también emigremos de Shehba, pero no logrará su objetivo."

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