Tropas estatales turcas estacionadas en la frontera con la ciudad de Dirbêsiyê, en el Norte y Este de Siria, han atacado a civiles al otro lado de la frontera. Según la agencia de noticias ANHA, cuatro personas de la región autónoma del Norte y el Este de Siria resultaron heridas en el incidente. Entre las víctimas había un niño de nueve años que tuvo que ser trasladado a un hospital de Hesekê con heridas graves.
Los guardias fronterizos turcos abrieron fuego indiscriminadamente contra los residentes de Dirbêsiyê con ametralladoras pesadas el domingo por la noche. Los otros tres heridos son una mujer de 29 años y dos jóvenes de 18 y 30 años. Se desconoce si los cuatro están relacionados entre sí.
Dirbêsiyê se encuentra justo enfrente de la ciudad de casi el mismo nombre, Dirbêsî (tr. Şenyurt), al sur de Qoser (Kızıltepe), en la provincia del Kurdistán turco de Mardin (Mêrdîn). La región es un pequeño reflejo del Kurdistán dividido. Binxet y Serxet son un ejemplo de ello. Binxet, o "por debajo de la línea", se utiliza para describir las zonas kurdas de Siria cercanas a la frontera turca. Las zonas kurdas situadas en territorio turco cerca de la frontera siria se denominan Serxet, que significa "por encima de la línea". Tras el final de la Primera Guerra Mundial, el territorio bajo mandato francés de la actual Siria se separó del Imperio Otomano a principios de la década de 1920. La frontera con la actual Turquía discurre a lo largo de la vía férrea en esta zona. Esto supuso la separación de ciudades enteras, como Dirbêsiyê y Dirbêsî, pero también Qamishlo y Nisêbîn.
Repetidos ataques de guardias fronterizos
Los puestos avanzados del ejército turco atacan repetidamente pueblos y ciudades a lo largo de la franja fronteriza entre el territorio turco y la región autónoma del Norte y el Este de Siria. Además de la población civil, también son blanco de los ataques las posiciones de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) y los puestos de control de las fuerzas del régimen sirio. En octubre, el ejército turco destruyó el 80% de las infraestructuras del Norte y el Este de Siria durante intensos bombardeos desde tierra y aire. Casi cincuenta personas murieron en los ataques y decenas más sufrieron heridas, algunas de ellas graves.
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