Tres civiles más secuestrados en Afrín, ocupada por Turquía

Los crímenes y violaciones continúan sin cesar en la ciudad ocupada de Afrín, donde el Estado turco ha establecido un régimen terrorista.

Según fuentes locales, el 12 de julio las fuerzas de ocupación secuestraron a Selah Reşid Gorîlo (20) y a Mihemed Xelil Hec Qenber (24) en la aldea de Xilalka, en el distrito de Bilbilê, en Afrin. Según los informes, los dos hombres habían sido secuestrados por encender el fuego de Newroz hace tres meses y fueron liberados a cambio de un rescate.

Después de que las familias pagaran el rescate, la "Policía Militar", el aparato criminal paramilitar del Estado turco ocupante, secuestró nuevamente a los dos jóvenes el 17 de julio para obtener un rescate de sus familias.

Por otra parte, la 'Policía Militar', una red criminal establecida en la zona ocupada, secuestró a Mihemed Hesen Seydo (40), quien emigró a Alepo con sus padres, hace dos semanas después de regresar a la aldea de Kil Ibo en el distrito de Mabeta.

Afrin está ocupada desde 2018

El cantón de Afrín era el más occidental de Rojava y del norte y este de Siria, donde vivían 200.000 personas de etnia kurda. Aunque la población era mayoritariamente kurda, allí vivían diversos grupos religiosos, entre ellos yazidíes, alauitas y cristianos, además de musulmanes sunitas.

El 20 de enero de 2018, Turquía lanzó ataques aéreos contra 100 localidades de Afrín, como inicio de una invasión que denominaron "Operación Rama de Olivo".

La Fuerza Aérea Turca bombardeó indiscriminadamente a civiles y posiciones de las YPG/YPJ, mientras que facciones y milicias organizadas bajo el paraguas del Ejército Nacional respaldado por Turquía llevaron a cabo un asalto terrestre.

El 15 de marzo, las milicias apoyadas por Turquía habían rodeado la ciudad de Afrín y la habían sometido a bombardeos de artillería. Un ataque aéreo turco alcanzó el único hospital en funcionamiento de la ciudad y mató a 16 civiles.

Las y los civiles huyeron y las SDF se retiraron, y el 18 de marzo Turquía ocupó de facto Afrín. Entre 400 y 500 civiles murieron en la invasión, en su gran mayoría como resultado de los bombardeos turcos. Otros civiles fueron ejecutados sumariamente en el terreno.

Antes de la invasión turca, Afrín había sido una de las zonas más pacíficas y seguras de Siria, y prácticamente nunca había entrado en combate durante la guerra civil, salvo en ocasiones en que se producían escaramuzas entre las YPG/YPJ y las fuerzas yihadistas en sus fronteras. Como resultado, Afrín ofrecía un refugio pacífico a más de 300.000 desplazados internos procedentes de otras partes de Siria.