Turquía prosigue su guerra de desgaste contra el Norte y el Este de Siria.

La aldea de Um El Kef, al oeste del distrito de Til Temir, en el cantón de Heseke, fue atacada en la madrugada del miércoles.

Según la información facilitada por fuentes locales, un aldeano de 26 años, llamado Deham Ehmed Mihemed, resultó herido a consecuencia del ataque con obuses y tuvo que ser trasladado al hospital Lêgerîn del distrito.

En gran medida desapercibida para la opinión pública occidental, Turquía está librando una guerra abierta contra el Norte y el Este de Siria, bombardeando a diario zonas de asentamientos civiles, instalaciones de la Administración Autónoma o unidades de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, por sus siglas en inglés). La ciudad de Til Temir, situada a unos 30 kilómetros de la frontera turca, en el valle de Jabur, dominado por los cristianos, es uno de los objetivos preferidos de Turquía y de sus tropas islamistas.

Til Temir y su población ya están en el punto de mira de los agresores desde 2019 en el marco de una guerra de desgaste, con fases de alta intensidad alternadas con fases de baja intensidad. Desde entonces, más de treinta pueblos han sido ocupados, despoblados o ampliamente destruidos. Y asi otros tantos pueblos se encuentran directamente en la línea del frente –y, por tanto, en el punto de mira permanente de las fuerzas de ocupación.

Las constantes incursiones de Turquía y sus aliados islamistas constituyen violaciones de los acuerdos de alto el fuego y desescalada acordados entre las potencias garantes Rusia y EEUU con Turquía tras la ocupación de Serêkaniyê (Ras al-Ain) y Girê Spî (Tal Abyad) en octubre de 2019. Sin embargo, tanto Moscú como Washington dan vía libre a Turquía.