El 20 de septiembre de 2018, el ejército turco abrió fuego contra los niños que jugaban en el pueblo de Xerab Kort, a unos diez kilómetros al oeste de Qamishlo, desde un puesto en la frontera cercana. Abdullah Berzan, que entonces tenía doce años, resultó gravemente herido como consecuencia del ataque. Abdullah fue llevado a un hospital en Kurdistán del Sur con la ayuda de la Media Luna Roja kurda (Heyva Sor a Kurd). Como los médicos exigieron 10.000 dólares para el tratamiento, no se no pudieron extraer la metralla y Abdullah quedó paralizado.
Abdullah trata de caminar con muletas, pero sólo con la ayuda de su madre. Fuera del horario escolar, se acuesta de espaldas en su casa todo el tiempo. La familia carece de dinero para tratar al niño. Su madre cuenta lo siguiente sobre el ataque a su hijo: "Mi hijo pasó a séptimo grado. Un día, cuando volvía de la escuela, salió a jugar otra vez. Los soldados turcos abrieron deliberadamente fuego contra los niños que jugaban. Mi hijo resultó allí herido".
La madre continúa: "Los médicos dijeron que el estado de mi hijo era crítico. Había perdido un riñón y el otro estaba dañado en un diez por ciento. Llevamos a Abdullah a Kurdistán del Sur para recibir tratamiento. Nos quedamos allí durante 17 días. La inflamación de su cuerpo se fue agravando cada vez más. Dijeron que se necesitarían 10.000 dólares para su operación. No teníamos tanto dinero, así que tuvimos que volver".
Abdullah ha sido cuidado por Heyva Sor a Kurd las 24 horas del día durante un año y medio. Recibe tratamiento en las instalaciones fisioterapéuticas del Comité de Salud de Cizîrê en Hesekê y Dêrik.