Hatimoğulları: “La reforma constitucional no es nuestra principal prioridad”

Tülay Hatimoğulları afirma que su prioridad es avanzar hacia la democratización.

LLAMADO A LA PAZ

La co-presidenta del Partido por la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (Partido DEM), Tülay Hatimoğulları, habló con ANF y compartió su opinión sobre los acontecimientos políticos actuales y el debate sobre la reforma constitucional.

Tülay Hatimoğulları describió el proceso que se ha estado desarrollando desde octubre como una de las oportunidades más significativas para la paz en los últimos cien años de la historia de Turquía. Enfatizó que esta oportunidad exige un esfuerzo serio y decidido.

Hatimoğulları también señaló que la responsabilidad principal para asegurar la paz recae en el Parlamento, y dejó claro que la reforma constitucional no está entre sus prioridades inmediatas.

El Parlamento debe asumir oficialmente la responsabilidad en este proceso.

Tülay Hatimoğulları comenzó destacando la importancia del proceso actual y ofreció comentarios sobre la comisión parlamentaria propuesta recientemente por el presidente del Partido de Acción Nacionalista (MHP), Devlet Bahçeli: “El llamamiento de Abdullah Öcalan, seguido inmediatamente por el congreso de disolución del PKK, y el proceso de transformación que ahora está en marcha, reviste una importancia verdaderamente histórica para Turquía. En el contexto de los últimos cien años de la República, esta es sin duda una de las oportunidades más cruciales para la paz que jamás haya surgido.

Por ello, es vital que tanto el bloque gobernante como el propio Estado, la oposición y todas las fuerzas sociales aborden este proceso con esa consciencia. Porque cuando surgen oportunidades como esta en la historia, si no reflexionamos seriamente sobre cómo transformarlas en algo positivo, si no nos dedicamos a ellas, se vuelve imposible construir una paz duradera.

En este contexto, el proceso iniciado por el Sr. Devlet Bahçeli desde el 1 de octubre, y los mensajes que ha transmitido en los discursos de su partido, han demostrado la voluntad de trabajar para encontrar una solución. Recientemente, propuso la creación de una comisión parlamentaria. De hecho, el propio Sr. Öcalan planteó esta idea durante la primera reunión celebrada después de más de cuatro años. En aquel momento, dijo claramente: ‘Es necesario crear una comisión’.

Concedemos gran importancia a la creación de dicha comisión. ¿Cuál será su estructura? ¿Cómo se tomarán las decisiones? ¿Será una comisión con verdadera autoridad para la toma de decisiones? Estos son detalles esenciales que deben debatirse. Son asuntos de suma importancia.

Pero, en definitiva, el punto principal es este: el Parlamento debe asumir oficialmente la responsabilidad en este proceso. Por lo tanto, la formación de una comisión es sumamente importante. La postura del Sr. Öcalan, de nuestro partido, de la política democrática y de la oposición en general es clara: este asunto debe resolverse en el Parlamento. La paz debe lograrse a través del Parlamento. Consideramos la formación de esta comisión muy importante. En nuestra última ronda de visitas a partidos políticos, este tema fue un punto central de la agenda. Primero visitamos a partidos de la oposición. En los próximos días, y durante la próxima semana, visitaremos a los partidos del bloque gobernante y compartiremos con ellos nuestra opinión detallada sobre este asunto”.

La reforma constitucional no es nuestra principal prioridad.

Hatimoğulları también compartió la postura de su partido sobre el debate en curso sobre la reforma constitucional, un tema recurrente en la agenda política turca. Enfatizó que se deben tomar medidas más urgentes antes de que pueda tener lugar cualquier debate significativo sobre la redacción de una nueva constitución: “Hay pasos concretos que deben tomarse para que este proceso avance. Constantemente destacamos estos pasos y no dudaremos en repetirlos hasta que se cumplan. Algunos pueden llamarlo una forma de allanar el camino, otros un gesto de buena voluntad y algunos pueden referirse a él como medidas urgentes de derechos humanos. Sea cual sea nuestra definición, todas equivalen a lo mismo.

Para nosotros y nosotras, el primer paso, y el más crucial, es crear de inmediato las condiciones bajo las cuales el Sr. Öcalan pueda dialogar con todas las partes. Esto es esencial. Él será quien lidere e impulse este proceso. Por lo tanto, debe poder reunirse con intelectuales, escritores, periodistas, académicos y expertos legales no solo de Turquía, sino también de Oriente Próximo, Europa y América Latina. El punto de partida debe ser este.

A menudo planteamos este punto. Consideremos el problema de los presos gravemente enfermos y aquellos cuyas condenas se han extendido arbitrariamente. Cuando se aprobó la ley sobre la COVID-19 se excluyó, como recordarán, la llamada sección sobre terrorismo. Se refería a los presos políticos. Incluir a los presos políticos en el ámbito de la liberación general es una de nuestras prioridades más urgentes en cuanto a la nueva ley de ejecución penal.

De hecho, esperábamos que la nueva ley de ejecuciones se presentara al Parlamento antes de las vacaciones. Muchas de las medidas que acabo de describir ni siquiera requieren nueva legislación, salvo la ley sobre la COVID-19. Se trata de decisiones fundamentales que se enmarcan en el ámbito de los derechos humanos y las libertades fundamentales”.

Añadió: “Otro asunto muy importante es la aplicación de las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y del Tribunal Constitucional. Por ejemplo, si las sentencias del TEDH se aplicaran de inmediato, todos los acusados en el caso Kobanê, incluidos nuestros queridos Selahattin Demirtaş y Figen Yüksekdağ, serían liberados. Asimismo, Osman Kavala, actualmente encarcelado por las protestas de Gezi, y Can Atalay, diputado del Partido de los Trabajadores de Turquía (TİP), serían liberados junto con todos los demás en sus respectivos casos. No se necesita una nueva ley en este caso. El problema es que las sentencias ya emitidas no se están ejecutando, lo que constituye una violación directa de los convenios internacionales de los que Turquía es signataria. Todo esto debe implementarse de inmediato. Permítanme reiterar: la ley de ejecución penal es de suma importancia para nosotros y nosotras y esperamos que se presente al Parlamento antes de las vacaciones. Es un asunto que debe abordarse sin demora.

A continuación, si nos preguntamos qué otros pasos deben seguir, una reforma radical e integral de la Ley Antiterrorista es absolutamente necesaria. ¿Cuál es nuestro mayor desafío en la política democrática actual? Es este: en Turquía, cualquier palabra de oposición se vincula inmediatamente con el terrorismo y se utiliza como base para procesar. Esto es inaceptable.

En un ambiente donde las armas se silencian y se discute la paz, donde la resolución democrática de la cuestión kurda está sobre la mesa, la política democrática, como nos dijo una vez el Sr. Öcalan, significa ‘el arte de abrir completamente la boca de la libertad’. Así lo expresó durante nuestra visita. La democracia, al igual que el concepto de libertad, significa poder hablar plena y abiertamente. De lo contrario, no podemos hablar de democracia ni de política democrática. Por lo tanto, la Ley Antiterrorista debe revisarse a fondo.

Uno de los cambios más fundamentales necesarios, que en parte es una cuestión constitucional, es la definición de la igualdad de derechos de ciudadanía. Turquía alberga a personas de setenta y dos orígenes étnicos. Tenemos pueblos y credos diversos; hablamos diferentes idiomas, practicamos diferentes tradiciones, religiones y creencias. Debemos crear una definición de ciudadanía igualitaria que una a los 86 millones de habitantes de este país. Debe basarse en la igualdad y la claridad.

A partir de aquí, quisiera abordar el tema de la Constitución. En este punto, la reforma constitucional no es nuestra principal prioridad. Es crucial que se aborden primero las cuestiones preliminares que he tratado. En debates anteriores sobre la reforma constitucional, siempre hemos enfatizado la necesidad de allanar el camino primero.

Por ejemplo, consideremos la práctica de nombrar fideicomisarios para los municipios ganados democráticamente. La ley de fideicomisarios se introdujo durante el estado de emergencia y es inconstitucional. Mientras esta ley siga vigente, y aunque se hayan nombrado síndicos para diez municipios de nuestro Partido DEM, ¿cómo podemos hablar de una Constitución democrática? Por ejemplo, en Estambul, el alcalde Ekrem Imamoğlu ha sido detenido y procesado, y se llevan a cabo operativos diarios contra él y su administración.

Estas acciones contra representantes electos deben cesar de inmediato. A menos que los alcaldes y co-alcaldes destituidos sean restituidos, y a menos que se ponga fin al acoso judicial contra ellos, no podrá haber debate sobre un proceso constitucional legítimo. La ley de fideicomisos debe ser derogada. Los representantes electos deben ser restituidos a sus cargos y los juicios en curso deben ser suspendidos. Si logramos avanzar en todos estos frentes, entonces, y solo entonces, podremos empezar a hablar de la redacción de una nueva Constitución.

Somos un partido que ha expresado constantemente la necesidad de una Constitución democrática. También somos los más afectados por la actual. Somos los más arrestados, encarcelados, torturados y sometidos a violencia. Por eso, más que nadie, necesitamos una nueva Constitución democrática.

La Constitución militar de 1982 ya no satisface las necesidades de Turquía. Una vez que se den las condiciones adecuadas y el panorama político haya madurado, creemos que se podrá redactar una Constitución democrática, fruto de un amplio consenso. Dicha Constitución debe incluir tanto a la oposición como al gobierno, así como a la sociedad civil y a todos los sectores de la población, mediante el diálogo y la consulta colectiva”.

Una Turquía que resuelva la cuestión kurda puede convertirse en una fuerza líder para la paz, no solo en Siria, Irak e Irán, sino en todo Oriente Próximo.

En su discurso ante la Internacional Socialista, la co-presidenta del Partido DEM, Tülay Hatimoğulları, criticó la falta de responsabilidad del gobierno sirio. Cuando se le preguntó si ciertos acontecimientos recientes en Siria podrían influir en el proceso actual en Turquía, respondió: “Desde el cambio de administración en Damasco, la situación en Siria ha tomado un rumbo muy diferente. Si bien, por un lado, la Administración Autónoma Democrática en el Norte y el Este de Siria (AADNES) continúa su labor y existencia. Pero, por otro lado, se han cometido horribles masacres bajo la supervisión, e incluso con el conocimiento, del gobierno de Damasco por parte del grupo liderado por Ahmed al-Sharaa (Al-Jolani).

Quiero destacar especialmente una vez más la masacre de árabes alauitas ocurrida allí. También quiero destacar las masacres cometidas contra las comunidades drusa y cristiana. Hace apenas unos días, la Coalición de Mujeres de Oriente Medio y el Norte de África (NADA) celebró una conferencia. Tuvimos la oportunidad de reunirnos con mujeres de Siria durante ese evento. Las cifras que nos compartieron sobre las masacres fueron alarmantemente altas.

Hasta el día de hoy, las mujeres de Rojava han liderado una revolución histórica. Su lucha ha servido de modelo para todo Oriente Próximo. Las mujeres de Rojava han dado pasos cruciales, tanto simbólicos como prácticos, para convertirse en sujetos políticos activos, liderando la lucha y moldeando el panorama político.

Por lo tanto, de cara al futuro, quiero dejar esto claro: Siria necesita urgentemente una Constitución democrática. Y esta Constitución democrática debe construirse a partir del consenso social ya establecido en el modelo de autogobierno de Rojava. Una estructura laica, centrada en las mujeres, en la que todas las identidades y diferencias puedan expresarse, sentaría un precedente importante para el resto de Siria.

Pero ¿ha demostrado el actual gobierno de Damasco capacidad o voluntad para apoyar esta visión? Lamentablemente, no. No ha superado esta prueba. Aun así, esperamos que en un futuro próximo nos encontremos con una Siria capaz de hacerlo”.

Al ser preguntada sobre cómo el proceso en Siria podría afectar a Turquía, y viceversa, Hatimoğulları afirmó: “No me cabe duda de que si el proceso de paz en Turquía avanza correcta y rápidamente, tendrá un impacto profundamente positivo no solo en Siria, sino también en las cuatro partes del Kurdistán y, de forma más amplia, en Irak e Irán.

El papel de Turquía en la región ya es significativo, pero su influencia en Siria es especialmente crucial. Si logramos construir una paz duradera en Turquía, si el Estado turco y el pueblo kurdo logran unirse bajo el imperio de la ley, entonces esfuerzos de paz similares también podrán tener éxito en Siria.

Por eso insistimos en esto: la cuestión kurda siempre ha sido el lastre que ha hecho a Turquía lenta y pesada en la política internacional. Si Turquía ahora dice: ‘Quiero liberarme de esta carga y quiero adoptar una política exterior que beneficie a mis 86 millones de ciudadanos’, entonces debe tomar medidas concretas para resolver la cuestión kurda. Las reformas legales que mencionamos al principio deben implementarse con celeridad. Además, Turquía podría apoyar la expansión del modelo de la AADNES, que ya se ha convertido en una garantía del progreso democrático, en toda Siria. Y lo digo muy claramente: una Turquía que resuelva la cuestión kurda puede convertirse en una fuerza líder para la paz, no solo en Siria, Irak e Irán, sino en todo Oriente Próximo.

Permítanme concluir diciendo lo siguiente: una Turquía que haya resuelto la cuestión kurda será tomada en serio cuando le diga a Israel: ‘Dejen de matar a la gente de Gaza, busquemos la paz’. Lo mismo ocurriría en Yemen y en todas partes.

Por lo tanto, si Turquía avanza en este asunto y adopta medidas democráticas, confío en que contribuirá positivamente a la región en su conjunto, especialmente en un entorno donde el conflicto, la propaganda bélica y la inestabilidad dominan la atmósfera.

Exigimos la paz en Turquía porque creemos que también contribuirá a la paz en la región. Por eso, apoyamos firmemente esta demanda y nos comprometemos a continuar esta lucha”.

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