La liberación del preso político Ismail Hakki Tursun en Turquía ha sido pospuesta por tercera vez. Su detención se ha ampliado nueve meses. El motivo aducido para continuar detenido fue el informe del Comité de Administración y Vigilancia de la prisión de alta seguridad nº 2 de Urfa, que certificó que tenía "mala conducta".

Tursun fue condenado a cadena perpetua en 1992 por "apoyar a una organización terrorista". Aunque la pena ordinaria de prisión terminó hace un año, se impidió su liberación en diciembre pasado, así como en junio de este año, por los mismos motivos. Su participación en la huelga de hambre contra el aislamiento del líder kurdo Abdullah Öcalan y su acción contra la introducción de "uniformes de prisión" en 2018, su protesta contra los ataques a Afrin, sus peticiones contra las violaciones de derechos y el hecho de que había gritado consignas durante los traslados se enumeraron como argumentos en contra de su liberación. Se afirma que no tiene buena conducta ya que no se arrepiente de sus "crímenes".

En la última decisión también se señaló que Tursun ha estado en prisión durante 31 años y nunca ha mostrado remordimiento. La próxima revisión tendrá lugar en septiembre de 2024. Tursun sufre de hipertensión arterial y otras enfermedades y está en la lista de presos gravemente enfermos de la IHD (Asociación de Derechos Humanos).