Activistas organizaron un acto de conmemoración en el centro de asilo de la ciudad de Lyss, en el cantón suizo de Berna, en memoria de Sezgin Dağ, un superviviente del ataque del ISIS en Suruç en 2015, que perdió la vida en Suiza en 2020 por negligencia. Durante la conmemoración frente al centro de asilo, las y los presentes reiteraron su demanda de justicia para Sezgin Dağ.
Dağ resultó gravemente herido por metralla en la zona del corazón en el atentado suicida del ISIS en Suruç el 20 de julio de 2015. Allí murieron 33 personas, principalmente jóvenes. Las y los activistas de la Federación de Asociaciones Juveniles Socialistas (SGDF) se habían reunido en el Centro Cultural Amara y querían ofrecer una conferencia de prensa antes de partir hacia Kobanê. El viaje previsto pretendía ser un acto de solidaridad, querían llevar juguetes para niños y suministros de ayuda humanitaria a la ciudad destruida por el ISIS. 104 personas resultaron heridas en el ataque suicida.
La Confederación de Migrantes Oprimidos en Europa (AvEG-Kon) acusa a las autoridades de negligencia en el caso de Sezgin Dağ, que vivió durante algún tiempo exiliado en Suiza. En lugar de acelerar su procedimiento de asilo en vista del trauma que había sufrido y de las graves heridas, Dağ fue alojado en un centro de refugiados. Después de experimentar problemas críticos de salud, desde allí fue enviado al hospital, donde el médico concluyó que no había evidencia de un ataque cardíaco o insuficiencia cardíaca a pesar de que su corazón había sido dañado desde el ataque, al que sobrevivió con heridas graves. En 2019, le colocaron un stent en Turquía tras sufrir un infarto y, en septiembre de 2020, se sometió a un examen exhaustivo en el departamento de cardiología de un hospital de Berna. El médico le recetó analgésicos y tranquilizantes y le dio el alta.
Apenas de regreso al centro de asilo, Sezgin Dağ volvió a recurrir a un cuidador y al guardia nocturno porque sufría un dolor intenso. Aunque era evidente que tenía que ir al hospital, los responsables del centro de asilo no llamaron a una ambulancia y lo metieron solo en un taxi. Cuando el coche llegó al hospital apenas diez minutos después, Dağ no tenía pulso. Los médicos intentaron resucitarlo, pero fue en vano. Sezgin Dağ fue declarado muerto.
Durante la conmemoración de hoy, Ali Orak, de la Federación de Trabajadores Inmigrantes de Suiza (IGIF), afirmó que ya han pasado tres años, pero todavía nadie ha tenido que responder por la muerte de Sezgin Dağ. Criticó que la fiscalía responsable no haya mostrado ningún interés real en una investigación seria del caso y que aún esté pendiente ante el Tribunal Supremo suizo un recurso de los abogados de los familiares de Dağ contra la suspensión del proceso.
El hermano de Sezgin Dağ, Murtaza, afirmó que la fiscalía había rechazado un total de 27 solicitudes de pruebas de la defensa porque no eran relevantes para esclarecer los hechos del caso. Acusó a las autoridades de incumplir su deber de investigar. También se quejó de que la Secretaría de Estado para Migraciones (SEM) y la organización suiza de refugiados ORS no hacían nada para garantizar la justicia, al menos hasta cierto punto, aparte de culparse mutuamente por la muerte de Sezgin Dağ.