Feleknas Uca y Hişyar Özsoy, co-portavoces de Asuntos Exteriores del HDP, han denunciado que “las incesantes campañas de desprestigio del gobierno turco, destinadas a criminalizar al HDP, están dando lugar a ataques físicos violentos e incluso mortales contra los kurdos que viven en las provincias occidentales de Turquía”.
El comunicado recuerda que “el 17 de junio de 2021, un asaltante atacó nuestra sede en İzmir con una escopeta y torturó y asesinó a Deniz Poyraz, la hija de un empleado del partido. El 14 de julio de 2021, otro asaltante armado una escopeta atacó nuestra sede en el distrito de Marmaris en Muğla y disparó más de 100 balas”.
El comunicado enumera a continuación una serie de ataques racistas perpetrados esta semana contra kurdos en el oeste de Turquía:
“El 19 de julio, siete personas, entre ellas dos mujeres, resultaron heridas en un ataque racista contra trabajadores agrícolas estacionales kurdos en la provincia occidental de Afyon. El incidente se produjo después de que dos trabajadores se quedaran esperando en una peluquería a pesar de que había llegado su turno. Cuando İsmail Tan (18 años) y su primo Ali Tan (22 años) protestaron, les acusaron de ser ‘terroristas’ y de hablar en kurdo. El incidente se agravó cuando avisaron a sus familias, que acudieron a la peluquería. Siete de sus familiares resultaron heridos con palos. Tras el incidente, se envió un escuadrón de agentes de la gendarmería y de la policía antidisturbios a la ciudad donde se encontraban las familias kurdas, y se les pidió que regresaran a sus pueblos.
El 20 de julio estalló una pelea entre dos familias en el distrito de Altındağ en Ankara. Cuatro personas de una familia kurda procedente de Mardin resultaron heridas en el ataque, que fue llevado a cabo por una familia de Kırıkkale. Un miembro de la familia kurda explicó que la familia de Kırıkkale les había insultado y atacado. Declaró: “Al menos 150 personas nos atacaron. Cuatro de ellos dispararon sus armas contra nosotros. Cuatro de mis hermanos resultaron heridos. Estaban llenos de odio. No les bastaría con matar a todos los kurdos”.
El 21 de julio, Hakim Dal, de 43 años, fue asesinado a tiros en un atentado contra una familia kurda en el distrito de Meram, en la provincia de Konya, en Anatolia Central. Unas sesenta personas atacaron a la familia, disparando contra el coche en el que viajaban. La familia, originaria de Diyarbakir, llevaba veinte años viviendo en el distrito de Meram, en Konya. En palabras de un miembro de la familia atacada: “No nos querían [aquí] porque somos kurdos. Nos decían: ‘Venderéis estas tierras y os iréis’”. El 12 de julio, otra familia kurda fue atacada por el mismo grupo de aldeanos en Meram. Siete miembros de la familia, incluidas las mujeres, resultaron heridos en ese ataque”.
El comunicado añade: “Estos ataques racistas son el resultado de las políticas de criminalización llevadas a cabo por la coalición AKP-MHP contra los kurdos y el HDP. El uso incendiario del lenguaje por parte del gobierno, las prácticas discriminatorias de las autoridades y la forma en que las fuerzas de seguridad hacen la vista gorda se combinan para formar las principales razones detrás de estos ataques racistas. Si el gobierno no pone fin a sus campañas de difamación criminalizadora y a su incesante discurso de odio contra el HDP y contra los kurdos en general, y si no persigue eficazmente a los autores, es probable que se produzcan muchos más ataques sangrientos. Aunque la violencia fue llevada a cabo por civiles, la responsabilidad política de estos ataques recae firmemente en el gobierno”.