El preso político de 70 años Şakir Turan perdió la vida en la prisión de tipo L de Erzincan. Había sido condenado a seis años de prisión en Turquía por apoyar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), en autodefensa como fuerza guerrillera contra los ataques del Estado turco en el Kurdistán.

Diagnosticado de cáncer de garganta en prisión, Turan perdió 35 kilos de peso en cuatro meses. Pero a pesar de su grave enfermedad, no fue puesto en libertad. Más recientemente, hace 20 días, un informe médico declaró que no había motivos para suspender su pena de prisión. Turan permaneció una semana ingresado en el hospital de Erzincan, donde falleció esta madrugada.

Sólo cuando otros presos informaron a la familia, su hijo Abdurrahman Turan fue a Erzincan el 25 de agosto. Según informó el hijo, no pudo ver a su padre y no recibió ninguna información sobre su estado de salud. Un abogado consiguió que lo visitara el 28 de agosto.

"Mi padre pesaba 75 kilos cuando ingresó en prisión. Cuando le visité, sólo pesaba 40 kilos. No podía andar y apenas podía hablar. Rechazaron mi petición de ser su cuidador", dijo Abdurrahman Turan. "Le tenían en un lugar húmedo en el sótano del hospital. Le costaba hablar y había seis o siete gendarmes con él. Tenía los pies helados. Quise ponerle las medias, pero no me dejaron. La gendarmería vigilaba como si mi padre quisiera escapar. Mi padre se despidió de nosotros y nos dijo: 'Cuidaos mucho y permaneced juntos. Yo me voy con la cabeza bien alta, porque no he dado ni un paso atrás'".

La Asociación de Abogados por la Libertad (ÖHD) había exigido en julio la liberación inmediata de Turan tras una visita a la prisión. El entonces diputado del HDP Ömer Faruk Gergerlioğlu llevó el caso al Parlamento el pasado marzo en una pregunta al ministro turco de Justicia. La pregunta no obtuvo respuesta.

El funeral de Şakir Turan tendrá lugar en el distrito de Savur, en Mardin.

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