Siete miembros de la familia Dedeoğulları han sido víctimas de una masacre racista anunciada en Konya. La familia ya había sido atacada anteriormente y habían declarado que sus vidas estaban en peligro. A pesar de ello, no se hizo nada para protegerlos. El ministro del Interior turco afirma que la masacre fue consecuencia de una disputa entre vecinos. Sin embargo, que los asesinatos se cometieron por motivos racistas queda demostrado tanto por las declaraciones realizadas anteriormente por los miembros de la familia que fueron asesinados, como por las amenazas de la multitud que se reunió frente al cordón policial en el lugar de los hechos tras la masacre: "¡Ni un solo kurdo se quedará aquí nunca más!".
La abogada Eren Keskin, co-presidenta de la Asociación de Derechos Humanos (IHD), habló por teléfono con un miembro de la familia cuatro días antes de los asesinatos. Según relató la abogada de derechos humanos a ANF, desde hacía tiempo había habido contactos entre la Comisión contra el Racismo y la Discriminación de la IHD de Estambul y la familia y su asesor jurídico. "Cuatro días antes del asesinato, un miembro de la familia me había dicho que estaban siendo amenazados y que tenían mucho miedo", dijo Eren Keskin. En consecuencia, la familia declaró que esta situación se prolongaba desde hacía 15 años y que los autores del último intento de linchamiento, que fueron detenidos temporalmente, fueron puestos en libertad. La IHD expresó su preocupación en aquel momento, pero no se tomó ninguna precaución.
Para Eren Keskin, el hecho de que no se haya protegido a la familia y se haya difundido el discurso del odio a través de trolls es el punto crucial: "Esto se controla de forma centralizada, el discurso de odio se difunde en particular a través de las redes sociales. El discurso del odio ha aumentado considerablemente en relación con los incendios forestales. Los representantes del Estado deberían poner fin a la incitación al odio. En lugar de ello, están incitando contra los que nos levantamos contra el racismo y la discriminación. Esta es una situación muy peligrosa que debe ser contrarrestada políticamente".
En cuanto a la declaración del ministro del Interior, Süleyman Soylu, sobre un conflicto personal como motivo del asesinato, Eren Keskin dijo que entonces también hay que explicar el motivo de este conflicto. Al fin y al cabo, uno de los miembros de la familia asesinada había declarado claramente antes del asesinato que desde hacía tiempo se producían ataques racistas. Keskin rechazó la acusación de que se está calentando el ambiente con la constatación de un trasfondo racista: "Ni siquiera es necesario que lo expliquemos, porque la familia informó de antemano de lo que había ocurrido". En lugar de acusar a la gente, es el Estado el que debe tomar medidas, dijo el abogado y añadió: "No somos nosotros los que estamos calentando el ambiente, son los trolls que se utilizan para eso". Las declaraciones racistas representan actualmente la principal tendencia en las redes digitales, señaló, y esta agitación debe detenerse a toda costa. Según Eren Keskin, hay que prestar atención a quienes se benefician de la agitación: "Turquía está gobernada por las políticas de agitación del MHP, y esto es extremadamente peligroso".
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