La decisión de Grecia de retener a más de 450 personas en un buque naval y negarse a permitirles solicitar asilo viola de manera flagrante la ley europea e internacional, ha dicho hoy Human Rights Watch señalando que la esta acción puede equivaler a una privación de libertad arbitraria.
“Rechazar las peticiones de asilo de personas bajo custodia y la amenaza abierta de devolverles a sus perseguidores va en contra de las obligaciones legales que Grecia ha aceptado y de los valores y principios que dice representar”, ha dicho Bill Frelick, director de Human Rights Watch. “Grecia debería revertir de inmediato esta política draconiana, y recibir a estas personas de una forma segura y decente, y permitirles presentar solicitudes de asilo”.
Las personas interceptadas por la Guardia Costera griega desde el 1 de marzo de 2020 han sido retenidas en el barco atracado en el puerto de Mytilene, en Lesbos. Las autoridades locales rechazaron las solicitudes de Human Rights Watch de entrar en la zona del muelle donde las mujeres, los hombres y los niños se encuentran retenidos de día o de abordar el barco naval donde permanecen por la noche. Human Rights Watch ha hablado por teléfono con uno de los detenidos, un solicitante de asilo sirio que se negó a dar su nombre real o su edad por temor a represalias.
El hombre dijo que 451 personas han sido retenidas, según las listas de alimentos que había visto, y muchas de ellas son mujeres y niños. Dijo además que varias personas, entre las que él se encontraba, habían pedido a las autoridades griegas que les permitieran presentar solicitudes de asilo, pero les contestaron que no se les permitiría hacerlo.
El gobierno turco anunció el 27 de febrero que Turquía ya no impedirá que los solicitantes de asilo y los migrantes abandonaran el territorio turco para llegar a la Unión Europea. El Consejo de Seguridad Nacional de Grecia anunció el 1 de marzo “la suspensión temporal, durante un mes (…), de la presentación de solicitudes de asilo por parte de todas las personas que entran en el país ilegalmente” y su “deportación inmediata sin registro, cuando sea posible, a sus países de origen o tránsito”.
Grecia tiene derecho a controlar sus fronteras y a gestionar los cruces hacia el país. No obstante, la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE garantizan el derecho a solicitar asilo. Negar a las personas el acceso al asilo es inhumano e ilegal. Puede violar el principio fundamental de no devolución, la práctica de obligar a los refugiados o a los solicitantes de asilo a regresar a un país en el que pueden ser objeto de persecución, dijo Human Rights Watch. Las leyes internacionales, europeas y griegas prohíben además las detenciones arbitrarias.
El hombre sirio que habló con HRW explicó también que la mayoría de los detenidos son afganos, pero 118 son árabes, incluyendo sirios, iraquíes y palestinos. Dijo que también hay somalíes, congoleños y otros grupos de distintos países africanos.
“Quisimos presentar varias veces solicitudes de asilo, pero nos dijeron que el Ministerio de Asuntos Exteriores ha cerrado estas peticiones”, dijo.
También dijo que hay numerosas mujeres embarazadas y niños entre los detenidos, todos en la misma zona, y que “los niños no reciben suficiente comida o ropa”. También dijo que algunas personas se encuentran muy enfermas como para comer: “Teníamos solo tres lavabos para 451 personas hasta hoy, que trajeron cinco váteres portátiles. No tenemos duchas, ni jabón”. No está claro si las mujeres embarazadas o las madres primerizas podrían recibir atención médica obstétrica pre o postnatal o de emergencia.
El hombre sirio también ha dicho que los detenidos son trasladados del barco al muelle durante el día y devueltos al barco por la noche.
“La policía ha actuado correctamente”, ha dicho, “pero no hacen nada para ayudarnos o informarnos sobre nuestra situación”.
HRW ha subrayado que: “El Gobierno griego debería revocar inmediatamente la decisión de suspender el acceso al asilo de las personas que cruzaron la frontera de manera irregular y permitir que toda persona que necesite protección internacional lo solicite. La Comisión Europea debería subrayar urgentemente que la decisión de suspender el acceso al asilo no está en consonancia con el derecho de la UE y el derecho internacional, y presionar a las autoridades griegas para que se aseguren de que nadie sea detenido arbitrariamente y garanticen el derecho a solicitar asilo”.
“La negativa a permitir que Human Rights Watch se reúna con estas personas detenidas parece ser un intento de las autoridades griegas de ocultar su negligencia y la negación de sus derechos básicos”, ha dicho Frelick. “Si cualquiera de estas personas es devuelta sumariamente y por la fuerza sin respetar su derecho a solicitar asilo, Grecia estaría cometiendo una grave violación de su derecho fundamental a no ser amenazada con persecución, tortura o muerte”.