Jóvenes baluchis en peligro de ejecución
Cuatro jóvenes baluchis corren grave peligro de ser ejecutados por protestas en las provincias de Sistán y Baluchistán.
Cuatro jóvenes baluchis corren grave peligro de ser ejecutados por protestas en las provincias de Sistán y Baluchistán.
Cuatro jóvenes baluchis, Ebrahim Narouie, Kambiz Kharout, Mansour Dahmardeh
y Shoeib Mirbaluchzehi Rigi, corren grave peligro de ejecución en relación a las protestas en las provincias de Sistán y Baluchistán.
Los cuatro hombres han sido condenados a muerte en base a "confesiones" obtenidas mediante tortura en juicios manifiestamente injustos. Otros dos hombres baluchis, Mansour Hout y Nezamoddin Hout, se enfrentan a nuevos juicios por cargos de pena capital también relacionados con las protestas.
Amnistía Internacional ha hecho un llamamiento para que se tomen medidas urgentes. "Los juicios de estos hombres fueron manifiestamente injustos", ha declarado Amnistía Internacional, añadiendo: “Las autoridades les negaron el acceso a representación letrada y se han utilizado ‘confesiones’ obtenidas mediante tortura como prueba para condenarlos”.
En febrero de este año, el Tribunal Supremo de Irán anuló en apelación las condenas y penas de muerte impuestas a Nezamoddin Hout y Mansour Hout alegando que el Tribunal Penal n.º 2 no es competente para juzgar delitos punibles con la pena capital ni delitos relacionados con la seguridad nacional. Sus casos han sido remitidos para un nuevo juicio ante un Tribunal Revolucionario, donde se teme que puedan ser condenados a muerte de nuevo. Las apelaciones de los otros cuatro hombres siguen pendientes ante el Tribunal Supremo.
Los hombres fueron detenidos por separado entre el 30 de septiembre y el 5 de octubre de 2022 en medio de una oleada de detenciones masivas que tuvieron lugar en las provincias de Sistán y Baluchistán durante y tras el día más mortífero de la revuelta popular en Irán, el 30 de septiembre de 2022, cuando las fuerzas de seguridad mataron ilegalmente a decenas de manifestantes y transeúntes en Zahedán. Según fuentes bien informadas, los interrogadores sometieron a los hombres a tortura y otros malos tratos, incluida violencia sexual, para obligarlos a hacer "confesiones" forzosas.
Por ejemplo, los interrogadores golpearon tan duramente a Mansour Dahmardeh que le rompieron los dientes y la nariz, y clavaron agujas en los genitales de Ebrahim Narouie.