Korkut: La huelga de hambre es doblemente peligrosa debido a la pandemia

Desde hace 38 días se lleva a cabo una huelga de hambre contra el aislamiento de Abdullah Öcalan y la privación total del derecho a voto de los presos políticos. El activista del CISST Berivan Korkut señala el doble peligro que representa la pandemia.

Desde el 27 de noviembre, los presos políticos en Turquía han estado en huelga de hambre contra el aislamiento de Abdullah Öcalan y la privación total de derechos en las cárceles turcas. Berivan Korkut de la organización CISST (Sociedad Civil en el Sistema Penitenciario) señala que la forma de acción de la huelga de hambre se ha vuelto mucho más peligrosa que antes debido a la pandemia del Coronavirus. Pide a las autoridades turcas que busquen el diálogo con los presos y solucionen los problemas existentes.

Korkut confirma que se han privado de muchos derechos a los presos a raíz de la pandemia. Así lo demostraron las numerosas solicitudes de apoyo que se hicieron al CISST. Desde el comienzo de la pandemia, los presos no han podido salir de sus celdas y las restricciones han tenido un impacto muy negativo en la condición física y mental de los presos. "Es comprensible que se tomen medidas contra la propagación de la pandemia. Sin embargo, los derechos de los presos deben tenerse en cuenta", dice Berivan Korkut y señala que el aislamiento en las cárceles ha adquirido una dimensión peligrosa.

Ataque de exterminio a prisioneros

Los presos de los juicios del PKK y PAJK habían llamado la atención sobre las intolerables condiciones carcelarias en un comunicado a mediados de diciembre. Según ellos, la represión es peor que en la década de los noventa, y hay una vigilancia total en las cárceles. Los presos también asumen que el coronavirus se propaga deliberadamente en las cárceles. Si bien todos los recién llegados a la prisión deben permanecer en cuarentena durante dos semanas, el personal penitenciario entra y sale sin medidas de protección. Las búsquedas de celdas a gran escala ocurren constantemente, sin que tampoco se tomen medidas preventivas.

"Como personas y presos, es importante que nos demos cuenta de que nos enfrentamos a un ataque de exterminio y no podemos seguir viviendo con normalidad y comportándonos como de costumbre. La violencia contra los presos es mucho mayor que en la década de 1990 y el ataque de exterminio tiene un objetivo cualitativamente diferente", dijo el comunicado de los prisioneros del PKK y el PAJK.