El político kurdo Selahattin Demirtaş recibió el Premio de Derechos Humanos de Weimar 2021. Como anunció el jueves la Sociedad para los Pueblos Amenazados (STP), el Ayuntamiento de la Capital Europea de la Cultura decidió seguir la recomendación del Consejo Asesor del Premio de Derechos Humanos. La STP celebra la decisión. Demirtaş es uno de los “más importantes políticos de la oposición” en la historia reciente de Turquía, dijo. El ex co-presidente del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) lleva casi cinco años secuestrado. Se enfrenta a miles de años de prisión por supuestas acusaciones de terrorismo.
“Este premio envía un claro mensaje al Gobierno Federal alemán para que se replantee su actual política respecto a Turquía, debido a las violaciones de los derechos humanos en la propia Turquía y también a las violaciones de los derechos humanos de las que Turquía es responsable en países como Siria y Libia”, ha declarado el Dr. Kamal Sido, experto de STP en Oriente Medio, en Göttingen. “El gobierno federal debería emplear un tono más grave contra el régimen de Erdogan y exigir la liberación inmediata de Demirtaş. Porque todos en Turquía merecen una vida en libertad y democracia”.
Quién es Selahattin Demirtaş
Selahattin Demirtaş nació en 1973 en Palu, en la provincia de Elazığ. A los 18 años participó en el servicio fúnebre del político kurdo del HEP y jefe de la sección local de la organización de derechos humanos (IHD), Vedat Aydın, que había sido torturado por la policía y ejecutado extrajudicialmente tras su detención en Amed (Diyarbakir). El funeral de Aydın se convirtió en un baño de sangre por parte de los escuadrones de la muerte del Estado: 23 personas murieron y más de 2.000 resultaron heridas. Esta experiencia marcó a Demirtaş, que tomó la decisión de estudiar derecho.
Tras completar sus estudios, trabajó durante muchos años como abogado de derechos humanos y, al igual que Vedat Aydın, dirigió la rama de la IHD de Amed. Desde el punto de vista político, pero sobre todo como persona, Selahattin Demirtaş aboga por una solución pacífica de la cuestión kurda, por una democratización real de Turquía y por la libertad de creencia de las comunidades religiosas cristiana, aleví y yazidí. Defiende también la igualdad lingüística, política y también cultural de las etnias kurda, asiria-aramea, armenia y griega en Turquía.