Los restos de los guerrilleros de las Unidades de Defensa Popular (YPG) y las Unidades de Defensa de las Mujeres (YPJ) que cayeron mártires durante los ataques turcos contra Afrin desde el 20 de enero de 2018 fueron exhumados en un macabro ejercicio de propaganda llevado a cabo por las fuerzas de ocupación turcas. El 14 de julio, la agencia turca controlada por el Estado, Anadolu (AA), informó sobre el cementerio Avesta en Afrin como si se tratara de una fosa común recién descubierta de “víctimas de las YPG”.
Muchas familias de los miembros de las YPG y las YPJ que fueron enterrados en el cementerio Avesta se han pronunciado ahora y exigen la entrega de los restos de sus hijos. Aynur Taş declaró a la Agencia Mezopotamya (MA) que su hijo Mazlum Taş, un combatiente del YPG, fue enterrado en el cementerio Avesta en Afrin.
Mazlum Taş (nombre de guerra: Andok Farqin) se unió a las YPG en 2014 y cayó mártir en los ataques turcos a Afrin. “Cuando mi hijo cayó, fue enterrado en el cementerio Avesta. Ahora este cementerio ha sido destruido. Escuché las noticias en la televisión”, dijo.
“Dicen que el cementerio que destruyeron es una fosa común, pero sabemos muy bien que no era una fosa común y no aceptamos sus mentiras engañosas. Queremos a nuestros hijos. Queremos que nos devuelvan los restos de nuestros hijos”.
La familia Taş se dirigió a la asociación MEBYA-DER para recibir apoyo en su lucha por la devolución de los restos de su hijo. Aynur Taş exige a las autoridades turcas que entreguen los restos: “No entregaremos a nuestros hijos. ¿Qué quieren de nuestros cementerios? ¿Por qué hacen sufrir tanto a las madres? Sabemos que tienen miedo. Tienen miedo hasta de los huesos de nuestros hijos. Basta de esta tortura sobre nuestros muertos, sobre nosotros. Esta odiosa tiranía y las masacres de los kurdos deben terminar de una vez”.