Save the Children: alrededor de 1.300 niños yazidíes siguen desaparecidos tras el genocidio

Save the Children denuncia que 1.300 niños y niñas yazidíes siguen desaparecidos desde el genocidio perpetrado por el ISIS hace ahora 10 años en Shengal, y muchos de los que regresaron a su ciudad natal mantienen pensamientos suicidas.

GENOCIDIO YAZIDÍ

El destino de unos 1.300 niños y niñas yazidíes desaparecidos en Irak sigue siendo desconocido diez años después del genocidio del ISIS, mientras que otros miles siguen sin hogar, viviendo en tiendas de campaña o entre los escombros en Shengal (Sinjar), su tierra natal, según Save the Children.

El Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés) mató, capturó y desplazó a los 400.000 yazidíes que vivían en Shengal el 3 de agosto de 2014, en un genocidio que afectó de forma desproporcionada a los niños. Unos 10.000 yazidíes fueron asesinados o secuestrados. La mitad de los ejecutados eran niños, según un informe de investigadores multinacionales publicado en la revista PLoS Medicine.

Casi todos (93%) los que finalmente murieron en el monte Shengal por heridas o falta de alimentos y agua eran también niños. De los aproximadamente 6.400 yazidíes secuestrados, se calcula que cerca de la mitad eran niños, según la organización sin ánimo de lucro Nadia's Initiative, dirigida por yazidíes. Niños de tan sólo siete años fueron enviados a campos de entrenamiento del ISIS y niñas de tan sólo nueve fueron sometidas a violaciones y esclavitud sexual, según un informe de Save the Children.

En la actualidad, unos 2.700 yazidíes siguen desaparecidos, de los cuales unos 1.300 eran niños en el momento de su secuestro, según estimaciones de Yazda, un grupo de defensa de los yazidíes en Irak. Es probable que entre 300 y 400 de los desaparecidos sean menores de 18 años. Hasta ahora se ha rescatado a más de 3.500 yazidíes, entre ellos 2.000 niños, según Nadia's Initiative.

En Shengal quedan casas y edificios destruidos, y las calles están sembradas de escombros y restos explosivos de guerra, lo que la convierte en una de las regiones más contaminadas de Irak con artefactos sin detonar, según la organización humanitaria Humanity & Inclusion. Las infraestructuras dañadas por el conflicto limitan gravemente el acceso al agua y la electricidad, y hay escasez de escuelas y hospitales para los residentes que regresan.

Como consecuencia, muchos yazidíes sufren problemas de salud mental, y los niños y las niñas declaran sentirse solos y tener pensamientos suicidas, según un informe de Save the Children.

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