La diputada del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) por Ağrı, Dirayet Dilan Taşdemir, ha llamado la atención sobre el hecho de que las violaciones, la usurpación de derechos y la tortura de los presos se haya convertido en algo sistemático en Turquía.

En declaraciones a ANF, Taşdemir ha dicho que la situación en las cárceles turcas nunca ha sido rastreable, transparente y acorde con los derechos humanos, y ha añadido: “Estas prácticas indescriptibles están ocurriendo cada vez más en las cárceles. Se están volviendo sistemáticas. Si la misma ilegalidad se repite en casi todas las prisiones, se trata de una política sistemática de represión. No es algo que se explique por ciertas direcciones y personal de las prisiones. Se trata de la política del gobierno. Es la versión más severa de la política de represión de la sociedad llevada a cabo fuera, en las cárceles. Se han usurpado todos los derechos constitucionales y los presos y las presas se ven obligados a resistir”.

Tras señalar que no existe ninguna ley ni obligación de imponer un recuento permanente, aunque esta práctica se ha impuesto insistentemente en los últimos días, Taşdemir ha continuado: “Los presos y las presas tienen derechos internacionales en cuanto a visitas, tiempo para socializar, hacer deporte, recibir libros, etc. Estos derechos están reconocidos en el Código Penal, pero se violan constantemente. Se dan razones arbitrarias, y cuando los presos y las presas protestan, los guardias recurren a la violencia. Exigen sus derechos, se oponen, y ahora tienen un tribunal dentro de la prisión. Un tribunal ya ha dictado una sentencia, pero el Consejo de Vigilancia Penitenciaria ha creado uno nuevo completamente al margen de la ley. El AKP-MHP se está vengando de los presos políticos. Llegamos al punto de que cuando sus familias envían dinero, se les castiga por ‘ayudar a una organización ilegal’”.

Gendarmes de paisano en las cárceles

Taşdemir también ha denunciado los siguientes hechos: “Según la información que hemos recibido a través de las familias y los abogados, en las cárceles aparecen personas de paisano que no son personal penitenciario. Son gendarmes, no guardias. Llevan trajes. Utilizan diferentes tipos de tortura, como obligar a los presos a ponerse de pie para contar. Hemos preguntado al ministerio sobre esto, hemos presentado peticiones, pero no se ha tomado ninguna medida. Las administraciones penitenciarias no hablan con nosotros. Los partidos políticos y las organizaciones democráticas de masas deben tomarse muy en serio este asunto y enviar observadores. Las organizaciones de derechos humanos y los colegios de abogados tienen una gran responsabilidad en esto”.

Taşdemir ha explicado que con frecuencia llevan las torturas sufridas en las prisiones a la agenda del Parlamento y plantean preguntas parlamentarias sobre este asunto. Sin embargo, “el 80% de nuestras preguntas quedan sin respuesta”.