Claus Schreer, de 80 años de edad, es un famoso activista en Munich. Formó parte del movimiento antiarmamentístico alemán durante las décadas de los 70’ y los 80’ y el movimiento antirracista, y encabezó protestas en favor de los pueblos oprimidos. Él ondeaba una bandera de las YPJ y sostenía un cartel en el que podía leerse “Libertad para Öcalan”, con una foto del líder del pueblo kurdo en él, en una protesta contra la Conferencia de Seguridad de Munich que se llevó a cabo el 17 de febrero del pasado año.
El activista alemán fue entonces acusado de “propaganda para la organización ilegal del PKK”, y su juicio se inició la semana pasada en el Tribunal Administrativo de Munich. El Tribunal finalmente emitió ayer una multa tras la celebración de una segunda audiencia. Schreer ha sido sentenciado a pagar 40 euros por día durante 70 días, un total de 2.800 euros, en tanto que el Tribunal ha dictaminado que Claus Schreer “sabía que cometía un delito”.
El Tribunal ha alegado que las fotografías de Öcalan, la bandera de las YPJ y la demanda de legalizar al PKK son propaganda del PKK, y que Schreer sabía que esto era constitutivo de delito según la ley. El activista por la paz y su abogado han dicho que apelarán.
'No es un crimen exigir la libertad de Öcalan'
Schreer ha hablado con ANF tras el juicio y ha dicho que el Tribunal ha emitido un veredicto clásico, y que la multa no le sorprende. El activista alemán ha declarado que, por contra de lo que el Tribunal ha alegado, no es un crimen sostener una fotografía de Öcalan o una bandera de las YPJ, o demandar la libertad de Öcalan o la legalización del PKK: “Son demandas democráticas, y si vivimos en un país democrático no pueden constituir un crimen”.
Primero Mandela, ahora Öcalan
El activista por la paz ha dicho que continuará dando voz a la demanda de liberar a Öcalan, añadiendo que hace 40 años ya participó en las protestas anti-Apartheid para demandar la libertad de Nelson Mandela. Schreer dio un testimonio similar durante su primera audiencia la semana pasada, cuando dijo:
“Hace 40 años sostuve un cartel que exigía la libertad de Mandela con una fotografía de Mandela en él. 40 años después, hago lo mismo por Öcalan. Ejercitando todos mis derechos, continuaré exigiendo la libertad por Öcalan. Y ondear una bandera de las YPJ, las Unidades de las Mujeres en Rojava, no es de ninguna forma crimen alguno.
Las YPG y las YPJ rescataron a cientos de miles de yazidíes del ISIS en 2014. La honorable resistencia de las YPJ contra el ISIS nunca ha violado las leyes internacionales. Al contrario, el ejército turco ha violado las leyes internacionales con la invasión de Afrin. La fiscalía argumenta con excusas sin sentido que la bandera de las YPJ constituye propaganda del PKK, y que ello supone un crimen. Tales prohibiciones alientan al déspota de Erdogan en sus ataques dentro de su país y contra los kurdos sirios e iraquíes”.