Cincuenta y ocho personas murieron en el naufragio de un barco de migrantes frente a la costa del sur de Italia. Según informes oficiales, hasta el momento se han recuperado 58 víctimas. Los primeros cuerpos fueron descubiertos en la playa de Steccato di Cutro en Calabria y en el mar, informaron el domingo la agencia de noticias italiana Ansa y la estación de televisión RAI, citando a la policía.

Al menos 81 sobrevivientes han sido rescatados hasta ahora, 21 de los cuales han sido llevados al hospital. Pero el número de víctimas aún podría aumentar significativamente porque muchos cuerpos aún no han sido recuperados del mar. Algunos de los sobrevivientes informaron que unas 250 personas estaban a bordo del barco. Otros rescatistas dijeron que había entre 140 y 180, mientras que la guardia costera dijo que había "unos 120 migrantes" a bordo. La búsqueda de los desaparecidos continuó, pero se complicó por las fuertes olas.

Según la información inicial, los migrantes estaban en un barco pesquero cuando golpeó una roca no lejos de la costa de Steccato di Cutro y se partió en dos. Steccato di Cutro es un balneario en la ciudad de Cutro en la punta de la bota italiana, en la provincia de Crotone. Los informes dicen que personas de Irán, Pakistán y Afganistán estaban a bordo. Según Ansa, muchos niños y mujeres estaban entre las víctimas. Inicialmente no había información sobre el puerto de salida.

La presidenta de la Cruz Roja Italiana, Rosario Valastro, escribió en Twitter:"Este es un duro despertar que debe despertar a la comunidad para que no ocurran tragedias similares". El ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi, pidió acciones  más dura contra los contrabandistas. Exigió que en primer lugar se impida a los barcos zarpar. Sin embargo el nuevo gobierno de centro-derecha bajo la primera ministra Giorgia Meloni está llevando a cabo una política migratoria particularmente rígida y dura. Una nueva ley aprobada por el Senado la semana pasada también dificulta el trabajo de los rescatistas marítimos civiles.

Cada año, miles de personas intentan llegar a Italia y, por lo tanto, a Europa desde el norte de África y Oriente Medio en barcos que a menudo no están en condiciones de navegar. Muchos también intentan llegar a Italia desde Grecia a través del mar Jónico. Según el Ministerio del Interior italiano, hasta el jueves inclusive un total de 13.067 migrantes han ingresado al país por mar este año. La cifra representa  más del doble que en el mismo período del año pasado. Según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 25.000 personas han muerto o desaparecido tratando de llegar a Europa por la ruta del Mediterráneo desde que comenzaron los registros en 2014.