El Partido Laborista seguirá liderando la oposición en medio de la crisis de COVID-19 en Gran Bretaña.

Con las negociaciones de Brexit congeladas, Starmer se centrará en el seguimiento de la respuesta del gobierno conservador a la pandemia del coronavirus.

Después de su elección, Starmer dijo que "el interés nacional prevalecerá sobre las críticas a la administración del primer ministro Boris Johnson" y agregó que su partido evitará hacer "demandas imposibles" en tiempos de crisis.

En la elección para elegir al líder del partido Laborista, Starmer obtuvo el apoyo del 56,2 por ciento de los votos, la portavoz de los empresarios Rebecca Long-Bailey alcanzó el 27,6 por ciento y la legisladora Lisa Nandy el 16,2 por ciento.

En diciembre de 2019, el Partido Laborista sufrió su peor derrota en las urnas desde la década de 1930, dando paso a una mayoría absoluta del conservador Boris Johnson.