El Parlamento sueco acordó ayer endurecer la ley antiterrorista del país. Así, en el futuro se prohibirán explícitamente las actividades relacionadas con grupos clasificados como "extremistas". El endurecimiento de la ley antiterrorista era una exigencia clave de Turquía para aceptar el ingreso de Suecia en la OTAN. El gobierno turco acusa a Suecia de no tomar medidas coherentes contra los miembros de la oposición kurda y los refugiados y refugiadas, a quienes considera "terroristas".
La nueva ley fue aprobada en el Parlamento sueco, de 349 miembros, con 268 votos a favor. Mientras tanto, un grupo de intelectuales y personalidades políticas se reunieron en la plaza Mynttorget de Estocolmo para protestar por la introducción de la ley.
La ex diputada y activista kurda Amineh Kakabaveh expresó su indignación: "Veo la nueva ley como un mero favor al presidente turco Recep Tayyip Erdoğan". La política, nacida en 1972 en la ciudad de Seqiz, en el Kurdistán oriental, criticó al Parlamento sueco por actuar en interés del gobierno de Ankara.
Suecia ha tenido leyes antiterroristas relativamente liberales para proteger la libertad de reunión. Hasta ahora, no se permitían cargos por la mera pertenencia a un grupo sospechoso de tener "vínculos terroristas". Eso cambia ahora con la nueva ley, que entrará en vigor el 1 de junio. "Se acaba con la tradición de que la libertad de expresión y la libertad de opinión son un bien supremo en Suecia. De eso estábamos orgullosos y orgullosas quienes huimos de la persecución política", dijo el escritor y periodista sueco-kurdo Kurdo Baksi, señalando que el gobierno sueco había tomado una triste decisión: “actuar como una provincia turca”.
Håkan Svenneling, diputado del Partido de la Izquierda Sueca, señaló que la nueva ley pone en peligro la democracia y la libertad de expresión y que es triste ver que su país está dando ahora serios pasos atrás en este sentido. "Suecia está actuando como ejecutor voluntario de Erdoğan", dijo Svenneling, señalando que el exilio kurdo ahora también tendría que temer deportaciones masivas. "Después de todo, sabemos por Turquía que está internacionalmente a la caza del kurdo e intenta regularmente que la Interpol busque a los y las disidentes huidos como presuntos delincuentes. El gobierno turco no pocas veces tacha de terroristas a los miembros de la oposición que persigue. No debemos permitir que las leyes de Erdoğan se introduzcan en Suecia", subrayó Svenneling.
Svenneling se mostró, sin embargo, esperanzado con el pueblo turco, cada vez más asediado por el régimen autoritario: "Quedan pocos días para las decisivas elecciones parlamentarias y presidenciales. Queremos que este día se celebre como una rebelión contra la dictadura".
Para el diputado, hay que dar un reconocimiento especial al Partido de la Izquierda Verde (YSP), bajo cuya bandera concurren a las elecciones del 14 de mayo partidos de la oposición democrática y de izquierdas como el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) y el Partido del Trabajo (EMEP). "Es una resistencia admirable la que está oponiendo el Partido de la Izquierda Verde para dar un giro a Turquía a pesar de las detenciones masivas de sus miembros".