Suecia debe disculparse con los kurdos por el asesinato de Olof Palme

Halis Ikincisoy, uno de los kurdos que fueron detenidos en el proceso de culpar al PKK y a los kurdos por el asesinato del primer ministro sueco Olof Palme, dijo que espera que Suecia se disculpe con los kurdos.

Halis Ikincisoy es de Kurdistán. Ha estado viviendo en Suecia desde 1980 y afirma que las estructuras al éstilo de gladio (en referencia al plan de operaciones clandestinas orquestado por la CIA en la época de la guerra fría) en Suecia han hecho todo lo posible para matar a Olof Palme, un amigo del pueblo kurdo, y culpar a los kurdos. Ikincisoy recordó que Olof Palme había estado apoyando a los pueblos oprimidos en Vietnam, Palestina, Angola, Sudáfrica y otros países y por lo tanto era inquietaba a los reaccionarios e imperialistas. Suecia se vio obligada a declarar al PKK como organización "terrorista" en 1984 por la conspiración de la OTAN. Suecia hizo todo lo posible para encubrir a los verdaderos asesinos y culpó al PKK.

Evaluando la conspiración internacional contra los kurdos y el PKK lanzada en 1984, Ikincisoy dijo: "La actitud de los medios de comunicación suecos después del asesinato de Palme no fue diferente de la de los medios de Erdogan. Todos acusaron al PKK y a los kurdos".

Recordando que tenían que ir e informar a la policía 3 días a la semana, Ikincisoy dijo: "La Policía de Seguridad Sueca (Säpo) puso micrófonos que trajeron con diplomáticos especiales de París en nuestras casas, de acuerdo con los agentes de la CIA. En aquel entonces no existía tal técnica de escucha en Suecia. Tuvieron que admitir todo esto después de que la realidad de las cosas fuera expuesta."

Recordando que habían escuchado y espiado a 9 kurdos durante 9 años desde 1984, Ikincisoy añadió: "Fue un completo escándalo para el Partido Socialdemócrata de los Trabajadores. A todos nos cancelaron el permiso de residencia y el pasaporte. Un año después, Palme había sido asesinado y los kurdos fueron culpados por el asesinato."

Señalando que la ayuda y el apoyo de Olof Palme a los kurdos fue ignorado por los medios de comunicación suecos, Ikincisoy resumió la conspiración contra los kurdos con estas palabras: "La conspiración contra los kurdos fue muy clara. En ese momento, los ex miembros del PKK también dieron declaraciones de la Säpo contra el PKK.

Apuntar al PKK era una política de estado. Anita Gradin, entonces Ministra de Inmigración, afirmó en una entrevista que estaban controlando y eventualmente suprimiendo los movimientos radicales de América Latina y Oriente Medio, y que harían lo mismo con el PKK en unos pocos años. En mi opinión, la OTAN les había dado la tarea de suprimir al PKK."

Diciendo que la Policía de Seguridad Sueca quería convertirlo a él y a los otros kurdos detenidos en agentes, Ikincisoy dijo: "Dijeron que habríamos estado sólo contra el PKK, no contra los kurdos. Nos retiraron el pasaporte y el permiso de residencia".

Recordando que tuvieron que presentarse a la policía tres días a la semana durante 9 años y que no se les permitió salir de los límites del municipio, Ikincisoy continuó: "Cuando salimos de los límites del municipio, nos arrestaron y el juicio normalmente duraba varios meses. Practicaron los métodos de guerra psicológica contra nosotros. Pero fracasaron. Lo que hicieron fue escandaloso para Suecia. Las instituciones y los funcionarios suecos violaron las leyes de su país".

Ikincisoy dijo que después de todas estas presiones, algunos de sus amigos comenzaron a experimentar problemas psicológicos. Añadiendo que los kurdos en Suecia han experimentado grandes problemas después del asesinato de Olof Palme, Ikincisoy dijo: "No he visto a mi familia en mi país durante 40 años, ¿habría una tragedia más grande que esa? Yo no era culpable. La razón de esta represión fueron los socialdemócratas suecos y todavía están en el poder hoy."

Recordando que no sólo ellos sino miles de kurdos sufrieron traumas y represión, Ikincisoy añadió que el Movimiento por la Libertad de los Kurdos sufrió mucho por ser calificado de "terrorista" por el Estado sueco.

Ikincisoy enumeró sus demandas de la siguiente manera: "La situación en el mundo habría sido muy diferente hoy en día si Suecia no hubiera declarado al PKK como organización terrorista y no hubiera intentado destruir a los kurdos. Viví con el dolor causado por el asesinato de Palme durante 34 años. Hasta hace 3 o 4 años, Säpo siguió viniendo y reprimiéndome en mi casa y en mi lugar de trabajo. Personalmente no quiero nada del estado sueco. La disculpa de Suecia a los kurdos es quitar al PKK de la lista de organizaciones terroristas y corregir su error."