Continúan las conversaciones sobre un nuevo proceso político, iniciadas tras el llamamiento del presidente del MHP, Devlet Bahçeli, el pasado octubre.
Ya se ha celebrado la esperada reunión entre la delegación Imrali y el presidente Tayyip Erdoğan.
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Pervin Buldan, miembro de la Delegación Imrali, habló con ANF sobre la reunión.
Esta reunión con Erdoğan se consideró un paso clave en el proceso en curso. ¿Cuáles son sus observaciones?
Por primera vez, el Presidente ha aceptado reunirse con la Delegación Imrali. Hemos mantenido conversaciones durante bastante tiempo. Habíamos hablado con los partidos políticos, pero siendo alguien que debería estar en el centro de este asunto, el Presidente se había mantenido distante y no había hablado públicamente. Había expectativas por todas partes. Esta reunión aclaró las cosas. Aceptó a la delegación, intercambiamos puntos de vista. Escuchó lo que teníamos que decir, tomó en serio nuestras sugerencias y se hizo cargo del proceso. Hemos dicho que Abdullah Öcalan ha demostrado determinación y voluntad de hacer suyo el proceso, y hemos visto un compromiso similar por parte del gobierno. Esto hace que sea una reunión históricamente importante.
¿Se abordó el anterior distanciamiento de Erdoğan del asunto?
No le preguntamos por qué se había mantenido alejado durante tanto tiempo, y no dio ninguna explicación. Sospechamos que quería ver cómo se desarrollaban los acontecimientos. Le preocupaba lo ocurrido tras el proceso de 2015. Una vez que vio que era posible avanzar, asumió un papel central. Esa es nuestra interpretación.
¿En qué fase del proceso nos encontramos? No hay un calendario, pero ¿en qué punto estamos?
No hay un calendario oficial, pero hemos expresado constantemente lo que hay que hacer, y el Gobierno es consciente. Se han tomado notas durante las reuniones con Öcalan, y los funcionarios del Estado están implicados. Es probable que estas conversaciones se transmitan al Presidente. Por lo tanto, no hay nada totalmente nuevo. Hay muchas cuestiones, normas legales que deben ser aprobadas. En lugar de enumerarlas, expresamos la necesidad de un marco jurídico. No se opusieron a esto. Pero aún no hay detalles claros.
¿Surgió la idea de reunirse con el ministro de Justicia durante la reunión con Erdoğan?
No, la iniciamos nosotros. No fue algo que discutiéramos con el Presidente. Más tarde, celebramos una reunión interna y decidimos que era urgente reunirnos con el Ministro de Justicia.
¿Por qué la urgencia?
Porque hay pasos legales que deben darse. Queremos consultar y avanzar. Si hay obstáculos potenciales para la paz, tenemos que eliminarlos. Se trata de evitar escollos.
Se ha hablado de posibles sabotajes o intervenciones en el proceso. ¿Qué opina al respecto?
Vivimos en una región llena de peligros. En 2015, esos riesgos nos quemaron. Para evitar que se repitan y garantizar que el proceso no descarrile, debemos eliminar esos riesgos.
Prácticas como los nombramientos de fideicomisarios (kayyum), la condena del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoğlu, y la represión de las voces democráticas, ¿no perjudican al proceso?
Los pasos democráticos son esenciales. Y no sólo desde el Ministerio de Justicia: los líderes de los partidos de la oposición y el Parlamento también deben asumir su responsabilidad. No se trata sólo de una cuestión del Partido DEM o de los kurdos; afecta a los 85 millones de habitantes de Turquía. Por eso todos los actores políticos deben contribuir. Tenemos previsto reunirnos con muchos partidos y actores. Si nos reunimos pronto con el Ministro de Justicia, hablaremos de lo que hay que hacer. Compartiremos nuestras ideas, y ellos compartirán las suyas. Después vendrán las conversaciones con otros partidos políticos. También es necesaria una visita a Imrali, debe producirse una reunión con Öcalan. Si los pasos se dan con rapidez, este proceso podría completarse en unos meses.
Cuando dice “unos meses”, ¿se refiere a junio?
Sí, si se toman medidas rápidamente, el proceso podría completarse en junio.
¿En qué consistiría un proceso “completado”?
Se aprobarían las leyes necesarias, el PKK podría declarar su disolución si las condiciones maduran y se convoca un congreso. Si el Gobierno cumple con su parte y aprueba estas leyes rápidamente, podríamos hablar entonces de un proceso completado.
¿Hay algún borrador o trabajo concreto en curso sobre estas leyes?
Sí, hay trabajo tanto por nuestra parte como dentro del Gobierno, pero aún no lo estamos desvelando.
Algunos dicen que este proceso de paz podría retrasar o eclipsar la lucha democrática. ¿Cuál es su respuesta?
La lucha por una sociedad democrática nunca termina. Cuando acaba una batalla, empieza otra. Seguiremos luchando por nuevas leyes, por que se tomen medidas. En un país donde las mujeres son asesinadas a diario, donde los niños y niñas son asesinados, como en el caso de Narin, la lucha contra esta mentalidad continuará. El llamamiento por la paz y la sociedad democrática es en sí mismo un llamamiento a la lucha. Difundir este llamamiento y socializarlo forma parte de ello. Nada madura de forma aislada. Los ataques contra el Ayuntamiento de Estambul son inaceptables. Al igual que nos oponemos a un fideicomisario en Hakkari, también nos oponemos a la injerencia en Estambul. Lo que puede contrarrestar todo esto es la democratización, la lucha por la democracia. Hacerla realidad es nuestro deber común.
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