Hasan Kaçar de Kurdistán del Norte fue deportado junto con su esposa y dos bebés por las fuerzas de seguridad locales (Asayish) del Partido Democrático del Kurdistán en Hewler (Erbil) el 23 de noviembre.
La familia Kaçar instaló una tienda de campaña frente a una oficina de la ONU en Sulaymaniyah para protestar por el maltrato al que fueron sometidos. El padre hizo una declaración allí, revelando que fue torturado por los Asayish en Hewler cuando fue deportado.
Kaçar relató que su familia ha estado viviendo en las calles en Sulaymaniyah durante 8 días, y agregó: "Nuestros hijos iban a la escuela en Hewler y ahora se les ha privado de su derecho a la educación".
Kaçar instó a las Naciones Unidas a cumplir con su deber: "Las instituciones pertinentes deben cumplir con sus responsabilidades para que podamos regresar a casa y nuestros hijos puedan continuar su educación".
Kaçar fue encarcelado por el estado turco durante 12 años y liberado junto con otros 20 presos políticos en 2014 debido a su enfermedad crónica a raíz de una llamada del líder kurdo Abdullah Öcalan.