El gobierno turco sigue construyendo presas y centrales hidroeléctricas (HEPP, por sus siglas en inglés) en el Kurdistán. Estas HEPP alteran el equilibrio ecológico del medio ambiente y todos los seres vivos se ven afectados negativamente. La presa de Farqîn, en construcción desde hace años y que abarca el triángulo de Licê, Pasûr (Kulp) y Farqîn (Silvan), está creando muchos problemas a los habitantes de unos 50 pueblos y aldeas.
Las HEPP y las canteras de arena construidas en el arroyo Pasûr también afectan al flujo ordinario de la vida, ya que afecta sobre todo a la necesidad de agua potable. Los habitantes de la aldea de Kanîkan, en Pasûr, declararon que 50 asentamientos civiles situados en torno al arroyo Pasûr no pueden acceder a agua limpia y que ni siquiera se ha instalado una planta de tratamiento.
Nizam Ateş, uno de los aldeanos de Kanîkan, dijo que Pasûr no estaba defendido y que por eso no se ha encontrado solución a este problema desde hace años. Ateş declaró que las aguas contaminadas a causa de las obras de construcción de las canteras de arena desembocan en el arroyo Pasûr.
HEPP, presas y canteras de arena
Ateş continuó: "Las aguas residuales del distrito de Kulp no son tratadas. Las HEPP de Çay también cortan el agua durante 3 meses en verano. Cuando se corta el agua, los peces mueren. Tampoco podemos llevar agua limpia a nuestros campos y casas. No es sólo agua de la que se benefician las personas, porque la utilizan miles de cabezas de ganado mayor y menor. Hace años que no construyen una depuradora en este arroyo que satisface las necesidades de agua de Badika, Hevêdan y Kulpiya. Llevamos años sufriendo este problema a causa de las presas, las HEPP, las canteras de arena y el alcantarillado".
Queremos que los diputados se ocupen de este asunto.
Otro aldeano, Abdullah Kılıç, dijo que ya habían perdido muchas cosas. Subrayó que, dijeran lo que dijeran, no se encontraba una solución. "Ya ves el estado del agua. Todos los animales que vivían en el agua murieron. Esto es algo que la conciencia, la piedad o la humanidad no pueden permitir. Tengo 66 años, y por primera vez en los últimos 4 años he visto el agua tan sucia. Esta HEPP se construyó hace 10 años, y en los primeros años no estaba tan mal. Pero el caudal de agua fue disminuyendo poco a poco. Nos quitan el agua. Retienen el agua, la almacenan para poder generar electricidad. Al final, aquí moriremos de sed. Exigimos que no nos corten el agua. Queremos que los diputados se ocupen de este asunto".