"El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Nada Al-Nashif, ha expresado hoy su alarma por la muerte bajo custodia de Mahsa Amini y la violenta respuesta de las fuerzas de seguridad a las protestas que se produjeron", dijo la oficina de derechos humanos en un comunicado.
La indignación de la opinión pública ha aumentado desde que las autoridades anunciaron el viernes la muerte de Amini en el hospital después de tres días en coma, tras su detención por la policía de la moralidad de Teherán durante una visita a la capital el 13 de septiembre.
Esta unidad policial se encarga de hacer cumplir el estricto código de vestimenta de las mujeres en Irán, que incluye el uso del velo en público.
Se celebraron manifestaciones en Teherán, incluso en varias universidades, y en la segunda ciudad, Mashhad, según las agencias de noticias Fars y Tasnim.
Según los informes, la joven de 22 años fue "golpeada en la cabeza con una porra, y su cabeza fue golpeada contra el vehículo por la llamada policía de la moral".
Las autoridades habían dicho que había muerto por causas naturales.
"La trágica muerte de Mahsa Amini y las acusaciones de tortura y malos tratos deben ser investigadas con prontitud, imparcialidad y eficacia por una autoridad competente e independiente, que garantice, en particular, que su familia tenga acceso a la justicia y a la verdad", dijo Al-Nashif en el comunicado.
La portavoz de la oficina de derechos humanos de la ONU, Ravina Shamdasani, dijo a los periodistas que, al parecer, las fuerzas de seguridad iraníes habían respondido a las masivas protestas que estallaron por la muerte de Amini "con munición real".
Se sabe que hasta cinco personas murieron en esa represión, dijo.
En su declaración, Al-Nashif también expresó su preocupación por las leyes sobre el velo obligatorio en Irán, donde aparecer en público sin hiyab se castiga con penas de prisión.
"Las autoridades deben dejar de perseguir, acosar y detener a las mujeres que no respetan las normas sobre el hiyab", dijo la jefa interina de derechos de la ONU, pidiendo la derogación de todas las leyes y normas discriminatorias que imponen el hiyab obligatorio.