Un grupo de activistas por los derechos de las mujeres, activistas laborales, sindicalistas y el movimiento Madres por la Paz se reunieron hoy en Sine (Sanandaj), provincia del Kurdistán, para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, a pesar de la presión de las fuerzas de seguridad que intentan impedir el evento.
A la manifestación asistieron siete grupos, entre ellos las activistas por los derechos de las mujeres de Sine, la Unión de Mujeres del Kurdistán, las activistas por los derechos civiles de las mujeres de Sine, las Madres por la Paz, el Grupo Deportivo Arghavan de Sine, el Grupo Cultural y de Montañismo Chil Chama y el Sindicato de Profesores del Kurdistán.
Las participantes corearon consignas en apoyo de los derechos de las mujeres y contra las ejecuciones y los llamados “crímenes de honor”.
Tres organizaciones de derechos de las mujeres leyeron una declaración destacando la lucha continua por la igualdad y la libertad.
El texto completo de la declaración publicada por la Red de Derechos Humanos del Kurdistán (KHRN) es el siguiente:
“El 8 de marzo es un recordatorio de la lucha histórica de las mujeres contra la opresión, la desigualdad y la explotación. Este día, que tiene sus raíces en las protestas de las trabajadoras del siglo XIX, marcó el comienzo de movimientos a gran escala que lograron avances significativos en materia de derechos políticos, sociales y económicos. Desde la lucha por el sufragio hasta la resistencia a los sistemas patriarcales y la violencia estructural, las mujeres siempre se han mantenido firmes en el camino hacia la libertad y la igualdad, negándose a abandonar sus ideales a pesar de los innumerables obstáculos.
Sin embargo, en Irán, las autoridades gobernantes han tratado sistemáticamente de privar a las mujeres de sus derechos fundamentales mediante políticas misóginas. Las leyes represivas, como el hiyab obligatorio, el matrimonio infantil, las restricciones a las libertades individuales y las violaciones de los derechos reproductivos, sirven como herramientas para controlar a las mujeres y legitimar el dominio patriarcal. Estas políticas no sólo limitan la libertad y la autonomía de las mujeres, sino que también legitiman y normalizan la violencia generalizada contra ellas. Las crecientes tasas de feminicidio, violencia sexual, abuso infantil y castigos severos contra las mujeres ponen de relieve la terrible situación de las mujeres en Irán. Además, la discriminación en la asignación de recursos en el marco de las desigualdades sistémicas del neoliberalismo y las crisis económicas afecta desproporcionadamente a los segmentos vulnerables de la sociedad, especialmente a las mujeres marginadas, incluidas las mujeres baluchis, kurdas y migrantes, así como las que realizan trabajos informales. En estas circunstancias, las mujeres, junto con otros movimientos de protesta como los trabajadores, los jubilados, los maestros y los estudiantes, se han unido en la lucha por la justicia y la igualdad, amplificando las voces de resistencia contra la opresión estructural.
En Irán, las mujeres siguen bajo el yugo de un gobierno que teme profundamente su presencia. Este temor se ha intensificado desde la Revolución de Jina y su lema principal, “Mujeres, vida, libertad”, que llevó a las autoridades a dictar sentencias de muerte y de prisión contra activistas femeninas. Figuras como Pakhshan Azizi, Sharifeh Mohammadi y Verisheh Moradi, a quienes el Estado intentó silenciar, se han convertido en símbolos de la resistencia contra la represión. Estas voces no se han extinguido; por el contrario, se han convertido en un clamor mundial contra la tiranía.
La lucha de las mujeres en el Kurdistán se destaca como uno de los ejemplos más avanzados de los movimientos de liberación de las mujeres, y sirve como modelo de resiliencia y autoorganización en Oriente Medio. Las mujeres kurdas no sólo han luchado contra la opresión multidimensional de género, etnia y clase, sino que también han presentado un nuevo modelo de resistencia, autoorganización y lucha de liberación mediante la creación de estructuras independientes y organizadas. Mediante su firmeza en los campos de batalla, los movimientos sociales y los círculos intelectuales, han desempeñado un papel irreemplazable en la promoción de los ideales de igualdad y libertad. Su participación y organización en todos los aspectos de la vida política y social afirman la verdad innegable de que la liberación de las mujeres es la base de una libertad social más amplia.
El movimiento de mujeres ha llegado a un punto de no retorno. La conciencia, la organización y la experiencia histórica de esta lucha hacen imposible el retorno a la era de la desigualdad y la opresión. Las mujeres de todo el mundo, en particular las de Oriente Medio, nunca volverán a un pasado en el que sus voces fueron silenciadas. Este movimiento no es sólo una lucha por los derechos de las mujeres, sino un cambio fundamental e irreversible que transformará sociedades enteras. La victoria en esta lucha no es una mera posibilidad; es una necesidad inevitable para la justicia y la libertad.
Declaramos que el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una conmemoración de un amplio movimiento social y político, y que las mujeres de Irán, en particular las del Kurdistán, están más decididas que nunca a hacer realidad sus aspiraciones. Las mujeres y los hombres se unen contra todas las formas de desigualdad y siguen luchando por un mundo libre, igualitario y justo. Por ello, este año, en el Día Internacional de la Mujer, nuestra lucha debe dar prioridad a la lucha contra las ejecuciones, los crímenes de honor y las crecientes dificultades económicas y desigualdades”.
Firmado por:
Unión de Mujeres del Kurdistán
Activistas por los derechos de las mujeres
Activistas por los derechos civiles de las mujeres