Mientras la canciller alemana Angela Merkel sonreía a las cámaras junto a Erdogan en Estambul el sábado, se conmemoraba en Heilbronn a una de las víctimas de los crímenes de guerra turcos. Amara Cûdî (Rojîn Ramazan), guerrillera de Dêrik, en Rojava, murió el 5 de octubre junto con otros cuatro guerrilleros en un ataque con armas químicas del ejército turco en la cordillera de Werxelê, en el sur del Kurdistán. Su hermana y otros familiares participaron en el servicio conmemorativo en el Centro Comunitario Kurdo de Heilbronn.
La conmemoración se inició con un minuto de silencio por los mártires de la lucha de liberación kurda. A continuación, Zozan Dêrik, representante del movimiento de mujeres Kongreya Star, pronunció un discurso en el que abordó las acciones del Estado turco en el Kurdistán, que son contrarias al derecho internacional: "Amara y los compañeros que cayeron con ella no capitularon ante los ataques asesinos del Estado turco. El ejército turco se vio impotente ante su resistencia y por ello utilizó armas químicas prohibidas internacionalmente. El mundo entero está viendo a Erdogan hacer esto y es cómplice. Llamamos a nuestro pueblo no sólo a apoyar emocionalmente a los mártires, sino a responder con resistencia".
En un discurso, el representante del PYD Abdin Xorşîd señaló la invasión de Rojava amenazada por el Estado turco y llamó a defender la revolución del noreste de Siria. La hermana de Amara, Norşîn Ramadan, habló sobre su vida y su personalidad, diciendo que fue valiente de niña y que eligió luchar por la libertad.
Tras otros discursos, se proyectó en el acto una película sobre los cinco mártires.