Miles de seguidores del clérigo chiíta Muqtada al-Sadr ocuparon el parlamento de Irak el sábado (30 de julio) después de derribar los muros de seguridad alrededor de la Zona Verde de alta seguridad. Las y los partidarios de Al-Sadr rechazan al candidato rival a primer ministro.
Las tensiones se han intensificado a medida que el Marco de Coordinación Chiíta, el rival del movimiento al-Sadr, llamó a sus seguidores a salir a las calles.
En una declaración posterior, el Ministerio de Defensa iraquí afirmó que el ejército era neutral y no interferiría en la política, y agregó que era deber de las fuerzas de seguridad garantizar el orden público. “El deber de los militares es proteger la soberanía de Irak contra los enemigos”, aseguró el ministerio.
Desde las elecciones de octubre de 2021 en Irak, todavía no se ha nombrado presidente ni primer ministro.
El movimiento al-Sadr, un “hacedor de reyes”, ha iniciado una campaña para presionar a sus rivales en el país donde existe un estancamiento político total. En junio, 73 diputados del movimiento al-Sadr, que se perfiló como el grupo más fuerte en las últimas elecciones, dimitieron del parlamento.
Al-Sadr pide una mayor escalada
Seguidores del clérigo al-Sadr rechazan la candidatura de Mohammed Shia al-Sudani, a quien consideran cercano al anterior gobierno de Nouri al-Maliki y exigen la disolución del parlamento iraquí y del Tribunal Federal.
Al-Sadr describió las manifestaciones como una “revolución espontánea y pacífica”. Para él, la situación actual ofrece “una oportunidad extraordinaria para un cambio radical en el sistema político”.
El clérigo chiíta pidió a “todos, incluidas las tribus, las fuerzas de seguridad y los miembros de Hashd al-Shaabi que apoyen a los revolucionarios”.