La organización paraguas kurda KON-MED ha pedido una investigación rápida e independiente sobre los presuntos ataques con gas venenoso perpetrados por Turquía en Kurdistán del Sur. El uso de gas venenoso está prohibido y representa una grave violación del derecho internacional, según una carta de KON-MED a la autoridad de control de armas químicas, la OPAQ: “La organización de La Haya no debe dudar más en actuar de acuerdo a la Convención sobre Armas Químicas (CAQ), y debe enviar inmediatamente un equipo de inspección al Kurdistán del Sur”.
Desde el comienzo de la invasión turca Kurdistán del Sur, el 23 de abril, se ha informado de que Turquía está utilizando armas químicas prohibidas contra la guerrilla y la población civil en las regiones de Zap, Metîna y Avaşîn. Desde hace dos meses hay nuevos informes casi diarios de ataques con estas armas, que son cada vez más mortíferas. La OPAQ supervisa la aplicación de la Convención sobre Armas Químicas, pero se limita en gran medida a determinar si se han utilizado sustancias químicas como arma. Y cuando se trata de acusaciones contra el gobierno de Ankara, la organización suele guardar silencio.
Basándose en las claras pruebas del uso de gas venenoso en el Kurdistán del Sur por parte del ejército turco, así como en el hecho de que Turquía es parte del acuerdo sobre la CAQ que entró en vigor el 29 de abril de 1997 y, por lo tanto, está sujeta a los correspondientes mecanismos de supervisión, KON-MED también exige a la comunidad internacional que cumpla con sus responsabilidades y presione a la OPAQ. En los casos del pasado, la mayor parte de la comunidad mundial permaneció inactiva o incluso impidió que se realizaran investigaciones serias, a pesar de las pruebas concretas de los crímenes de guerra cometidos por el ejército turco con agentes de guerra química. Si no se responsabiliza a Turquía de sus violaciones del derecho internacional, se allana el camino para que se cometan más crímenes de guerra, afirma KON-MED.