Desde ANF Español hemos hablado con Lluc Gayà, portavoz nacional de Endavant (Organització Socialista d'Alliberament Nacional) sobre la situación de Öcalan después de cumplirse un nuevo aniversario de la conspiración internacional que llevó al líder del Movimiento de Liberación de Kurdistán a la prisión en condiciones extremas de aislamiento durante 24 años.
Abdullah Öcalan lleva casi 24 años recluido, producto de una conspiración internacional, en la isla-prisión de Imrali. ¿Como valoráis la condiciones de reclusión de Öcalan?
Las condiciones de reclusión de Öcalan tienen un objetivo político claro: atacar el movimiento de liberación del Kurdistán a través del aislamiento de su líder ideológico. Son medidas que por desgracia vemos que se llevan a cabo no sólo en Turquía, sino en muchos estados que se visten de democráticos. En las prisiones españolas y europeas se mantienen prisioneros políticos en condiciones de aislamiento, como es el caso recientemente denunciado del anarquista Alfredo Cospito, recluido en Sardenya, que está llevando a cabo una huelga de hambre para denunciar el régimen de aislamiento.
El Bufete de Abogados Asrin, encargados de la defensa de Öcalan y los otros presos en la isla, declararon que el Comité para la Prevención de la Tortura, visitó Turquía durante la semana del 20 al 29 de septiembre.
El CPT, en una reunión que tuvo lugar en octubre con los abogados de Öcalan, no proporcionó ninguna información sobre el estado de Öcalan. ¿Cómo valoráis el comportamiento del CPT y la UE en su conjunto con relación a la situación de Öcalan?
No podemos esperar de la UE ningún gesto de garantía de derechos, dado que es una maquinaria construida precisamente para pasar por encima de todos los derechos humanos. Lo vemos claro con las políticas migratorias, lo vemos con los negocios que hacen mercantilizando las fronteras y aplicando nuevos métodos de vigilancia y control social. Lo vemos cuando hacen la vista gorda delante de las vulneraciones del derecho internacional, como es el uso de armas químicas por parte del ejército turco. Y en tantos otros ejemplos. En este sentido, la UE no va a dar ninguna garantía a la reclusión de Öcalan, dado que es un enemigo político para su propia existencia como organismo al servicio del capitalismo. Eso no quiere decir que no se deba denunciar y reclamar sobre su situación, pero sin duda los derechos de los presos, sean políticos o no, y la abolición de la tortura, no son una preocupación de la UE.
¿Qué papel político pensáis que puede jugar Öcalan en el contexto turco, y en el de esta región?
Sin duda Öcalan es una figura primordial para el movimiento kurdo, ya que representa un liderazgo nacional e internacional en favor de la lucha contra el sistema capitalista patriarcal y, por tanto, en favor de la democracia de los pueblos. Sería un paso importante su liberación, sin duda, ya que no se puede caminar en favor de la democracia mientras se mantienen presos políticos encerrados, y además en condiciones infrahumanas. Pero Turquía no parece caminar hacia allí, ya que continúa de una parte con su guerra imperialista sobre el territorio del Norte y el Este de Siria y sobre el norte de Iraq, así como la dura represión en Turquía contra cualquier movimiento democrático, y en especial contra el movimiento kurdo.
Es decir, no parece que el gobierno de Erdogan apueste por una resolución política del conflicto. Más bien parte de la negación del conflicto nacional y el intento de liquidación del resto de nacionalidades que ponen en duda su estado-nación turco. Liberar a Öcalan sin duda conllevaría un reconocimiento de su causa y la legitimidad de esta, y esto sería contradictorio con toda su política nacionalista e imperialista.
Sin duda liberar a Öcalan sería un punto importante para poder avanzar, así como el fin de la represión hacia el movimiento de liberación kurdo en su conjunto y hacia todo tipo de organizaciones de izquierdas, pero la tendencia del estado turco precisamente no parece avanzar hacia una resolución política de los conflictos y hacia su democratización.
De nuevo, la democratización dependerá de la lucha de los pueblos y de la capacidad de combate contra el sistema capitalista patriarcal que puedan adquirir.
Por último, el movimiento kurdo está pidiendo una investigación sobre el uso de armas químicas en sus ataques contra Kurdistán. Sin embargo, la OPAQ no ha emprendido ninguna a pesar de las pruebas presentadas. ¿Qué opinión os merece la actuación de la OPAQ en este asunto?
De nuevo, vemos como los organismos que se venden como democráticos tienen como límite los intereses de los estados capitalistas. No se investiga el uso de armas químicas de Turquía porque Turquía es un aliado imprescindible para la Unión Europea, especialmente en relación a la política migratoria de esta Europa fortaleza, que hace negocio de las condiciones miserables que sus mismas políticas económicas y militares generan.
Además, aunque se trate de un organismo intergubernamental, está claro que no todos los estados tienen la misma capacidad de influencia. ¿Y cómo van a investigar los estados que se benefician de sus pactos con Turquía el uso de armas químicas en Turquía? ¿Acaso la UE aplicaría sanciones, como hace en el caso de otros estados? ¿Le interesa a los estados, que están aumentando su gasto militar, frenar estas vías de negocio?
Debemos tener claro que este tipo de organismos no son neutrales, que forman parte de las disputas geopolíticas, y que actúan más como una operación de lavado de cara que como mecanismos reales de control democrático. Sólo hay que mirar al mundo y ver los conflictos bélicos abiertos, la vulneración de derechos constantes, las tácticas de guerra prohibidas según el derecho internacional que se llevan a cabo, y la pasividad de todos los estados frente a ello, para ver que en ningún caso hay una voluntad real de acabar con las armas químicas. Delante de eso, como decíamos, es importante denunciarlo, pero sobre todo es importante seguir llamando a la solidaridad internacionalista entre pueblos, para romper el cerco mediático y para poder hacer nuestra aportación a la resistencia del pueblo kurdo contra el gigante de la OTAN, un enemigo común al que podemos atacar desde diferentes pueblos del mundo.