Erdogan reactiva su diplomacia centrándose en Siria y los fondos del Golfo Pérsico

Tras superar su prueba electoral más dura, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha intensificado su diplomacia en Oriente Próximo. Su objetivo es atraer la tan necesaria inversión del Golfo Pérsico y arreglar las diferencias con Egipto y Siria.

El asunto sirio ocupó un lugar destacado en la agenda de las conversaciones bilaterales cuando el ministro jordano de Asuntos Exteriores, Ayman Safadi, visitó Ankara el martes De la semana pasada), un día después de reunirse con el presidente sirio, Bashar al-Assad, y el ministro de Asuntos Exteriores, Faisal Mekdad, en Damasco. El intento de normalización de Ankara con Damasco, mediado por Rusia, coincide con los esfuerzos de Jordania por deshacerse de su propia carga de refugiados, combatir el tráfico de drogas desde Siria y mejorar la seguridad fronteriza.

Con la esperanza de aliviar las objeciones occidentales a la reconciliación con el gobierno sirio, Jordania ha promovido la reparación sobre la base de la reciprocidad. Se espera que Damasco tome medidas para facilitar el regreso de los refugiados y atajar el contrabando transfronterizo. En mayo, Jordania acogió una reunión del grupo de contacto de la Liga Árabe que allanó el camino para el regreso de Siria a ese organismo. Antes de su llegada a Damasco, Safadi recordó al gobierno sirio los compromisos acordados en la Declaración de Ammán. Tras las conversaciones bilaterales, tanto él como Mekdad subrayaron que la provisión de infraestructuras críticas y la garantía de sus necesidades básicas es la clave para acelerar el retorno de los refugiados.

En su incipiente diálogo con Siria, como parte de las conversaciones a cuatro bandas en las que participan Rusia e Irán, Turquía ha defendido de forma similar que facilitar el regreso de los refugiados debe ser la cuestión principal, mientras que Damasco ha instado a Ankara a retirar sus tropas de Siria y dejar de apoyar a los grupos “terroristas” como condiciones previas para la normalización.

Para reasentar a los refugiados que regresan, Erdogan había sugerido la construcción de nuevos asentamientos con ayuda financiera internacional en una zona segura que se establecería dentro de Siria a lo largo de la frontera turca. Pero como la idea no obtuvo un apoyo generalizado, Turquía se ha conformado con construir nuevas viviendas en zonas controladas por el ejército turco, financiadas por Qatar y Kuwait. Los avances en el acercamiento a Damasco podrían contribuir a potenciar estos esfuerzos, de nuevo con la ayuda financiera del Golfo.

Sin embargo, las sanciones estadounidenses y europeas siguen siendo los principales obstáculos para la reconstrucción de Siria. Turquía y Jordania podrían unir fuerzas para presionar en favor de exenciones más amplias en el ámbito de la ayuda humanitaria en un intento de resolver el problema de los refugiados, que también afecta a Europa. Al término de sus conversaciones en Ankara, Safadi subrayó que Jordania y Turquía estaban de acuerdo sobre el futuro de los refugiados y expresó su apoyo al llamamiento de Turquía para crear un fondo internacional que garantice la repatriación segura y voluntaria de los refugiados.

Desde el regreso de Siria a la Liga Árabe, han aumentado los esfuerzos sirios por estrechar lazos económicos con las naciones árabes, principalmente con Arabia Saudí. Por ahora, la mayoría de esos esfuerzos no se han traducido en proyectos concretos y se han topado con objeciones relativamente leves por parte de Occidente.

Según la cadena pro opositora Syria TV, Safadi dijo a sus interlocutores turcos que Jordania estaba dispuesta a acoger conversaciones similares a las del proceso de Astana para resolver la crisis siria. La supuesta propuesta llega tras el anuncio de Kazajstán, el mes pasado, de que dejaría de acoger las conversaciones. Al parecer, Safadi también propuso que se debatieran mecanismos para reabrir las autopistas internacionales de Siria, es decir, las carreteras claves M4 y M5.

La M5, que conecta con dos pasos fronterizos entre Siria y Turquía, enlaza también Siria con Jordania. El ejército sirio restableció la conexión de la carretera con Alepo en 2020, pero la reapertura de las autopistas internacionales implica la devolución al gobierno sirio del control de las carreteras que unen la M5 con la frontera turca y los pasos fronterizos. Damasco también espera la reapertura del tramo de la M4 entre Latakia y Alepo, que atraviesa Idlib, controlada por los rebeldes (apoyados por Turquía). La reapertura de las carreteras se está debatiendo como parte de un plan que implica la retirada gradual de Turquía de Siria. Antes del conflicto sirio, esas carreteras unían Turquía con el Golfo y reportaban a Jordania beneficios económicos.

Jordania parece dispuesta a desempeñar algún tipo de papel facilitador entre Ankara y Damasco, aunque no como sustituto de la mediación rusa. Dado que los refugiados sirios se han convertido en un problema importante tanto para Turquía como para Jordania, ambos países podrían cooperar para impulsar el levantamiento de las sanciones occidentales y despejar el camino para la reconstrucción de Siria.

Ante la agitación económica en su país, se espera que Erdogan visite Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Qatar en los próximos días, ya que Ankara espera atraer hasta 25.000 millones de dólares en inversiones del Golfo, incluso mediante privatizaciones y adquisiciones, según Bloomberg. Al parecer, Erdogan también espera atraer fondos árabes para la construcción de viviendas en Siria.

Otro signo de la creciente importancia del mundo árabe en las relaciones exteriores de Turquía es la reunión bilateral que el ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, mantuvo con sus homólogos iraquí, kuwaití y argelino al margen de la reunión del Movimiento de Países No Alineados celebrada la semana pasada en Bakú. El ministro de Asuntos Exteriores sirio también asistió a la reunión.

El martes de la semana pasada, Turquía anunció el nombramiento de embajadores para restablecer plenamente los lazos diplomáticos con Egipto, tras una década de ruptura a causa de la destitución de los Hermanos Musulmanes (del gobierno). Funcionarios turcos dijeron que se había acordado una cumbre entre Erdogan y el presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi, pero no dieron una fecha. Según la prensa turca, se espera que Sisi viaje a Ankara el 27 de julio, mientras que los medios de comunicación árabes citaron fuentes diplomáticas según las cuales era probable que la reunión tuviera lugar en un plazo de dos semanas.

En el proceso de reconciliación, Ankara frenó las actividades de los disidentes de la Hermandad en Turquía para apaciguar a El Cairo. En cuanto al conflicto libio, otro gran punto de discordia, los dos países se han dado cuenta de que ninguna parte podría sacarlo adelante unilateralmente sin cooperación. Al hacer las paces con Sisi, al que había calificado de “golpista” y “asesino”, Erdogan espera aliviar el aislamiento de Turquía en las disputas por los derechos de exploración energética en el Mediterráneo oriental.

El Cairo se mantiene cauteloso, como ha sido desde el principio del acercamiento. A pesar del nombramiento de embajadores, aún no ha dado luz verde al regreso a Egipto de una serie de instituciones turcas vinculadas al gobierno. Según funcionarios turcos, continúan las conversaciones sobre la reapertura de las oficinas de la Agencia de Noticias Anatolia, la emisora pública TRT, la Agencia Turca de Cooperación y Coordinación y el Instituto Yunus Emre, que promueve la cultura turca en el extranjero.

Al abrir nuevas páginas con los gobiernos árabes, Erdogan puede estar siguiendo habitualmente el lema de “todos ganan”, pero sus movimientos son esencialmente giros en U, a menudo respaldados por la esperanza de tapar los agujeros económicos de Turquía con fondos árabes. Las nuevas páginas en zonas de conflicto como Siria y Libia exigen también giros de 180 grados.

FUENTE: Fehim Tastekin / Al Monitor / Traducción y edición: Kurdistán América Latina