Las prisiones tipo “fosa” son los nuevos centros de tortura
Miles de personas presas están recluidas en aislamiento en prisiones tipo “fosa”, clasificadas como Y y S, sin que el Ministerio de Justicia comparta datos completos.
Miles de personas presas están recluidas en aislamiento en prisiones tipo “fosa”, clasificadas como Y y S, sin que el Ministerio de Justicia comparta datos completos.
La Asociación de Derechos Humanos (İHD), en su informe de 2025 titulado “Prisiones de Alta Seguridad y Centros Tipo S”, destaca que se está imponiendo una estrategia de aislamiento no solo para restringir físicamente a los presos, sino también para quebrarlos psicológicamente.
Los datos de la Asociación Sociedad Civil en el Sistema Penal muestran que las 400 prisiones de Turquía, con una capacidad oficial de 304.608 personas, actualmente albergan a 416.927 reclusos, una cifra que continúa aumentando cada día. En lugar de reformar su sistema judicial, el gobierno turco sigue ampliando el sistema penitenciario. En los últimos años, las instalaciones que más preocupación pública han generado son las llamadas prisiones tipo “fosa”, clasificadas oficialmente como instituciones tipo Y y S. Actualmente hay 13 prisiones tipo Y, 22 de alta seguridad y 7 tipo S en todo el país. Los reclusos en estas instalaciones están sometidos a un aislamiento absoluto.
El lugar donde el aislamiento se profundiza
Un informe de junio de 2023 de la Asociación de Abogados Contemporáneos (ÇHD) incluyó detalles basados en entrevistas con tres presos recluidos en la Prisión de Alta Seguridad Tipo Y No. 1 de Dumlu, Erzurum. Los hallazgos revelan las siguientes condiciones:
La prisión tiene tres pisos.
Las salas de reunión con abogados están completamente cerradas.
Los presos están recluidos en celdas individuales, y ni las celdas individuales ni las de triple ocupación tienen áreas de ventilación separadas.
Aunque existen espacios de ventilación en diferentes pisos, los presos no son sacados al exterior al mismo tiempo debido a la visibilidad parcial entre las secciones. No hay absolutamente ningún contacto con los presos ubicados en el pasillo trasero.
Los presos sancionados disciplinariamente son llevados solos al patio de ventilación.
Se niega el derecho a la interacción social.
El acceso a libros está severamente restringido, incluso los libros enviados desde otras prisiones no son entregados.
Los periódicos no se distribuyen los fines de semana.
La comida proporcionada es extremadamente deficiente y poco saludable.
Se niegan muchos derechos básicos
A los presos trasladados a estas instalaciones se les dice desde el principio que están completamente solos y que nadie escuchará sus voces. Algunas de las prácticas de aislamiento incluyen:
Reclusión en celdas individuales
Prohibición de llevar cartas o té al área de ventilación
Ausencia de ventanas en las celdas
Cámaras de vigilancia instaladas en todas las áreas, incluidos los baños
Automatización total de todos los sistemas, lo que impide a los presos comunicarse incluso con los guardias
Comunicación restringida al uso de megáfonos
La única ventana que da al área de ventilación está bloqueada con rejas de hierro y una cortina, haciendo que la luz solar y el cielo sean completamente invisibles
Patios de ventilación construidos como jaulas, rodeados de mallas metálicas
Se está aplicando una estrategia de aislamiento
El informe de 2025 de la İHD titulado “Prisiones de Alta Seguridad y Centros Tipo S” señala que los presos solo pueden salir al patio de ventilación una hora al día, y que incluso ese tiempo limitado se restringe arbitrariamente con frecuencia. El mismo informe señala que incluso saludar a otro preso en la celda contigua se considera una “falta disciplinaria” y se castiga en consecuencia. Estas condiciones indican la aplicación de una estrategia de aislamiento diseñada no solo para contener físicamente a los presos, sino también para quebrarlos psicológicamente.
El aislamiento extremo viene acompañado de severas restricciones en el acceso a la atención médica. Según el informe de la İHD, los presos deben presentar solicitudes por escrito durante días antes de poder visitar la enfermería, y la mayoría de estas solicitudes no reciben respuesta. Cuando los reclusos son trasladados a hospitales, se les esposan y encadenan durante los exámenes, lo cual no solo viola la ética médica, sino que también degrada la dignidad humana. Este trato convierte el mero hecho de sobrevivir entre los muros de la prisión en una amenaza creciente para la vida misma.
El informe también revela que el envío de libros, revistas y cartas suele ser obstruido sin justificación, y que las publicaciones entrantes son frecuentemente confiscadas. Las juntas disciplinarias interpretan arbitrariamente la “falta de arrepentimiento” para restringir los derechos de visita y las llamadas telefónicas, lo que lleva a un aislamiento social total.
Estas condiciones de aislamiento cada vez más intensas destruyen gradualmente la integridad mental y física de los presos, a menudo con consecuencias irreparables. El informe documenta que algunos presos recluidos en aislamiento durante períodos prolongados sufren colapsos psicológicos severos, mientras que otros se ven empujados al suicidio. Privados de las necesidades humanas más básicas, como hablar con alguien, ser tocados o escuchar otra voz, los individuos comienzan a perder las capacidades emocionales y cognitivas que definen lo que significa ser humano.