Hêvî Îbrahîm Hesen: 35 años de resistencia que culminan en Tishrin

Hêvî Îbrahîm Hesen, una mujer de 56 años, se organiza de acuerdo con sus deberes y responsabilidades para proteger su hogar, su barrio y sus calles. Su lucha, que comenzó en 1990, llega a su punto álgido en la resistencia de Tishrin.

HPC

La llegada de Abdullah Öcalan a Rojava en 1979 encendió una nueva esperanza para el pueblo kurdo. Este momento inspiró a muchas personas a luchar por la libertad de su pueblo. Una de esas personas es Hêvî Îbrahîm Hesen, de 56 años. Nacida y criada en Qamishlo, conoció el Movimiento de Liberación Kurdo en 1990 y participó activamente en la tarea de crear conciencia entre la gente. Fue puerta por puerta difundiendo las ideas de Abdullah Öcalan.

Reflexionando sobre aquellos días, Hêvî Îbrahîm Hesen dijo: “Estábamos preparados para ser arrestados, pero nunca dimos un paso atrás. A pesar de la opresión y la brutalidad del régimen sirio, insistimos en mantener nuestra presencia. Porque creíamos que las ideas de Abdullah Öcalan llevarían a nuestro pueblo a la luz”.

Una promesa a su hermano, mártir de la lucha por la libertad kurda

Durante el pésame por su tío, Xurşîd Sileyman (Şahin), que cayó mártir en 1990, su hermano, Reşît Îbrahîm Hesen, hizo la promesa de unirse a la lucha por la libertad kurda. Este compromiso fortaleció aún más la profunda dedicación y determinación de la familia hacia el movimiento. Sin embargo, cuando Reşît cayó mártir en 1996, dejó un profundo impacto en Hêvî, reforzando su resistencia y fortaleciendo su determinación de luchar por la libertad. Recordando la despedida a su hermano, continuó: “No te preocupes, nuestras puertas siempre permanecerán abiertas para nuestros compañeros y compañeras. Caminaremos por el camino de la lucha a la que dedicaste tu vida”.

Lucha contra la opresión del régimen Baaz

Como persona profundamente conectada con su identidad, idioma y cultura kurdos, Hêvî Îbrahîm Hesen se ha enfrentado numerosas dificultades históricas y opresión a lo largo de su vida. Junto con su familia, sufrieron mucho bajo la tiranía del régimen Baaz, que implementó políticas destinadas a negar y borrar la identidad kurda, al mismo tiempo que asfixiaba económicamente al pueblo kurdo. Debido a estas dificultades económicas, se vio obligada a emigrar a Damasco, donde vivió durante nueve años.

A pesar de vivir en Damasco, Hêvî Îbrahîm Hesen nunca abandonó sus deberes y responsabilidades patrióticas. Durante este período, participó activamente en varias actividades, contribuyendo a la lucha por los derechos kurdos. Siempre priorizó la conciencia nacional, tanto para ella como para su familia, y a pesar de los desafíos que enfrentó, nunca perdió su fe. Su postura inquebrantable durante este tiempo se convirtió en un ejemplo para el pueblo kurdo que vive en Damasco.

Regreso a Qamishlo durante la Revolución de Rojava

El comienzo de la Revolución de Rojava marcó otro punto de inflexión en la vida de Hêvî. Este movimiento ofreció al pueblo kurdo una oportunidad histórica de gobierno autónomo y búsqueda de la libertad. Decidida a rescatar a su hijo del servicio militar forzado que soportó bajo el régimen sirio durante cuatro años, se propuso regresar a Qamishlo, su lugar de nacimiento. Con la voz llena de emoción, describió ese momento: “Cuando escuché que la revolución había comenzado, lo primero que hice fue comenzar a prepararme para regresar a Qamishlo. El régimen del Baath se había llevado a mi hijo por la fuerza. Había estado sirviendo en el ejército durante cuatro años. Tenía que liberarlo de esta opresión y regresar a mi tierra natal. Los sueños que habíamos alimentado durante años se habían hecho realidad, y en 2011, iba a ir a la ciudad donde nací y crecí, Qamishlo”.

Con la Revolución de Rojava, se establecieron numerosas instituciones y organizaciones en el Norte y el Este de Siria. Durante este período, Hêvî Îbrahîm Hesen siguió comprometida con los ideales revolucionarios y desempeñó un papel activo en la formación y el desarrollo de estas instituciones. Con un deseo inquebrantable de contribuir a la lucha por la libertad de su pueblo, hizo un esfuerzo consciente para involucrarse en cada etapa del proceso revolucionario. Lideró los esfuerzos para proteger su identidad y los logros obtenidos con mucho esfuerzo en las calles, los pueblos y las ciudades. Esta lucha se convirtió en uno de los pilares fundamentales del éxito de la Revolución de Rojava. Hêvî Îbrahîm Hesen desempeñó un papel crucial en el fortalecimiento de los principios de solidaridad social y autodefensa, que formaron la base de la Revolución de Rojava. Durante los últimos tres años, ha seguido sirviendo a la revolución como miembro de las Fuerzas de Defensa Social (HPC), asegurando que la resistencia perdure y prospere.

Hoy no es un día para quedarse en casa.

Tras haber perdido a 16 miembros de su familia como mártires, Hêvî Îbrahîm Hesen es una de las valientes madres que se unieron a la resistencia contra la represa de Tishrin el 17 de enero. Tomando medidas para proteger su tierra, agua y recursos energéticos, declaró: “Hoy no es un día para quedarse en casa. Nuestro pueblo no teme a la muerte. Está dispuesto a sacrificar sus vidas, pero nunca aceptará la ocupación de Tishrin. Se está librando una guerra popular revolucionaria en las tierras del Norte y Este de Siria. Quienes resisten son los propios ciudadanos”.

Destacando la unidad de los pueblos, Hêvî Îbrahîm Hesen afirmó: “Vamos a defender nuestra presa junto con los kurdos, armenios, sirios, árabes y todos los demás pueblos. La presa de Tishrin nos pertenece. Estamos dispuestos a sacrificarnos, pero nunca permitiremos la ocupación de Tishrin. Tishrin es nuestro honor y lo defenderemos con nuestras vidas”.

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