El Estado turco ha cortado el agua de Hesekê y los pueblos de sus alrededores desde que ocupó Serêkaniyê en 2019. La estación de Alouk es la principal y única fuente de agua potable para la ciudad y los campamentos de Hol, Serêkaniyê, Washukani y Erisha.

Los residentes utilizan pozos para abastecerse de agua. Sin embargo, esta agua provoca diversas enfermedades. Los residentes de Hesekê, debido a la contaminación de sus pocos recursos hídricos, han empezado a sufrir vómitos, intoxicaciones, enfermedades cutáneas y renales.

Ehmed Ferhan, Jefe del Departamento de Ambulancias del Hospital Popular de Hesekê, dijo a ANHA que "vienen al hospital cada día 100 personas que sufren de envenenamiento y enfermedades de la piel debido a la contaminación del agua en Hesekê".

Ferhan declaró que el agua de los hospitales para enfermos renales debe ser desinfectada, por lo que los cortes de agua también afectan en gran medida a los hospitales.

Ehmed Ferhan instó a las organizaciones internacionales y de derechos humanos a encontrar soluciones rápidas para el suministro de agua y la estación de Alouk.

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