La campaña genocida del estado turco que busca invadir el norte y el este de Siria junto con el ISIS y al-Nusra, que Turquía ha unido bajo el nombre de "Ejército Nacional Sirio", ha continuado desde el 9 de octubre. Cientos de civiles fueron masacrados y más de 300,000 desplazados como resultado de los ataques hasta ahora. Como parte de los esfuerzos de los invasores para cambiar la estructura demográfica en la región, los llamados mercenarios del ENS y sus familias se instalan en las casas de la población local que ha sido desplazada por los ataques indiscriminados con aviones, vehículos aéreos no tripulados armados, tanques, armas pesadas, artillerías, morteros y obuses.
La residente desplazada de Serekaniye (Ras al-Ain), Xedîce Misbah El-Emîn dijo que los yihadistas estrangularon a un trabajador en la aldea de al-Arbain. El-Emîn comentó que las bandas atacaron a los retornados con falsas acusaciones, secuestraron a algunos de ellos y pidieron rescate a sus familias para liberarlos.
Amenazados y desplazados por la fuerza
El-Emîn cuenta que un grupo que se presentó como "Ejército Nacional Sirio" llegó a su casa: “Hicieron falsas acusaciones contra mi esposo. Rompieron la puerta y las ventanas de nuestra casa alegando que teníamos armas adentro. Amenazaron a mi esposo y luego comenzaron con bombardear nuestra casa, después de lo cual abandonamos nuestro hogar y nos fuimos a Heseke. Así saquearon nuestra casa y se apoderaron de todo lo que teníamos, incluso de los alimentos de los animales”.
La mujer dice que quería, por última vez, volver a casa después de enterarse de la incautación de su hogar. Sin embargo, se encontró con repetidas amenazas del ENS. Luego regresó al campamento de Washokani.
El-Emîn pide a las autoridades internacionales que tomen medidas para que las fuerzas y los aliados turcos abandonen sus tierras y la población local desplazada pueda regresar a sus hogares de forma segura.
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