Nuevos ataques del ejército turco y sus mercenarios contra Rojava
Las fuerzas invasoras bombardearon la aldea de Xirêbkê, en el campo de Afrin, y el aeropuerto de Miniq en Shehba.
Las fuerzas invasoras bombardearon la aldea de Xirêbkê, en el campo de Afrin, y el aeropuerto de Miniq en Shehba.
Según ANHA (agencia de noticias Hawar), con sede en Rojava, el ejército turco ocupante y sus grupos mercenarios bombardearon ayer el pueblo de Xirêbkê en el distrito de Shêrawa en el cantón ocupado de Afrin, y la base aérea militar de Menagh en la región de Shehba.
La base aérea de Menagh se encuentra en las afueras de la aldea de Minix (también conocida como Minaq o Minnigh), a pocos minutos en coche al noreste de Til Rifat, en el cantón de Shehba. La zona está controlada por el ejército sirio y es objetivo reiterado del ejército turco y sus milicias yihadistas afiliadas.
Shehba se encuentra entre Alepo y Afrin, atrapada en una tierra de nadie desértica entre el régimen sirio y la zona de ocupación turca. Alrededor de 200.000 habitantes de la región son personas procedentes de Afrin que fueron desplazadas de sus hogares en el transcurso de la guerra de agresión turca de 2018. La población sufre constantes ataques del ejército turco y sus mercenarios.
Según las Fuerzas de Liberación de Afrin (HRE), el Estado ocupante turco continuó sus ataques contra las regiones de Afrin y Shehba en marzo. Entre el 1 y el 31 de marzo, lanzaron un total de 121 ataques contra 44 pueblos y ciudades de Afrin y Shehba. Los ataques causaron daños materiales.
En 2023, el Estado turco ocupante y sus mercenarios atacaron las regiones de Afrin y Shehba con obuses, morteros, tanques, misiles, lanzagranadas, drones armados y drones kamikaze hasta 8.992 veces, según las Fuerzas de Defensa de Shehba.
El cantón septentrional sirio de Afrin está bajo ocupación turca desde 2018. La brutal campaña comenzó el 20 de enero de 2018, cuando Turquía lanzó ataques aéreos contra 100 localidades como inicio de una invasión que bautizó "Operación Rama de Olivo". Tras dos meses de resistencia, los civiles huyeron y las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) se retiraron para evitar más pérdidas, ya que cientos de civiles murieron en el transcurso de la campaña genocida en violación del derecho internacional.
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