¿Existe una esperanza real para la paz en Turquía?
El camino hacia la paz en Turquía es sinuoso y plagado de trampas.
El camino hacia la paz en Turquía es sinuoso y plagado de trampas.
En los últimos meses, ese sendero que el pueblo kurdo en el país demanda hace décadas parece encaminarse nuevamente. No está exento de fragilidades, movimientos políticos internos y cálculos geopolíticos que repercuten en todo Medio Oriente.
Para los kurdos, que conforman una comunidad de más de veinte millones de personas en Turquía, la llave para la paz tiene un nombre concreto: Abdullah Öcalan, el fundador y líder del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), y principal teórico del Movimiento de Liberación de Kurdistán.
Reber Apo, como llaman sus compatriotas a Öcalan, está encarcelado desde 1999 en la isla-prisión de Imrali, luego de que fuera secuestrado unos meses antes por los servicios de inteligencia turcos (MIT) en colaboración con la CIA norteamericana y el Mossad israelí. Öcalan se dirigía Sudáfrica, donde le habían otorgado asilo político.
Después de casi cuatro años totalmente incomunicado, el 23 de octubre de 2024 el diputado del partido por la Igualdad y la Democracia (DEM) y sobrino del líder kurdo, Omer Öcalan, pudo trasladarse a Imrali. Unos días antes, desde el gobierno turco y sus partidos aliados abrieron la posibilidad de que se retomen los diálogos de paz, cortados unilateralmente en 2015 por el Ejecutivo de Recep Tayyip Erdogan.
Desde ese lejano 2015 hasta estos primeros días del año, los kurdos de Turquía sufrieron la persecución, el encarcelamiento y la represión constante del gobierno. Muchos de sus diputados y diputadas fueron expulsados del Parlamento y encarcelados, como es el caso de Selahattin Demirtas, líder del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), antecesor del partido DEM, proscripto por las autoridades turcas.
El sábado 28 de diciembre, los diputados del partido DEM Pervin Buldan y Sırrı Süreyya Önder mantuvieron otra reunión con Öcalan en Imrali. Según lo comunicado por los representantes de la formación prokurda, el líder del PKK tiene buena salud y una “moral alta”. “Sus valoraciones, encaminadas a encontrar una solución permanente a la cuestión kurda, fueron de profunda importancia”, indicaron Buldan y Önder.
En la reunión, Öcalan explicó la necesidad urgente de fortalecer “la hermandad turco-kurda” como responsabilidad histórica. También remarcó que es “es esencial que todos los grupos políticos de Turquía tomen la iniciativa sin dejarse atrapar por intereses estrechos y cortoplacistas, que actúen de forma constructiva y que contribuyan positivamente” para alcanzar la paz. El fundador del PKK -organización prohibida y perseguida en Turquía- afirmó que una “de las plataformas clave para estas contribuciones” debe ser el Parlamento turco.
El líder del movimiento político kurdo se refirió a lo que sucede en la actualidad en Medio Oriente y aseveró que lo que ocurre en la Franja de Gaza y en Siria debe resolverse pacíficamente, pero que “las intervenciones externas intentan convertir en un problema crónico”.
Öcalan aseguró que como dirigente posee “la competencia y la determinación necesarias para realizar la contribución positiva requerida al nuevo paradigma” para Turquía si existe el apoyo del presidente Erdogan y del partido MHP (de ultraderecha y aliado del Ejecutivo).
Para el pueblo kurdo de Turquía una paz real, que les permita ejercer sus derechos básicos sin consecuencias, es urgente. Pero también saben que la Turquía de Erdogan nunca le dio tregua con la represión.
Agobiado por la crisis económica y embarcado en una aventura militar en Siria, el gobierno de Ankara puede utilizar la “carta” de la paz para descomprimir la situación dentro de sus fronteras. Al mismo tiempo, Erdogan continúa ordenando bombardeos contra la región kurda de Siria, que desde 2018 es blanco de los ataques turcos y sus aliados en el terreno del Ejército Nacional Sirio (ENS).
Por eso, la precaución y la desconfianza sobrevuela a los kurdos del sudeste de Turquía. Desde el partido DEM ya iniciaron conversaciones con otras fuerzas políticas turcas con el objetivo de discutir en profundidad la cuestión kurda en el Parlamento y alcanzar una resolución real. Desde las guerrillas del PKK se mostraron dispuestos al diálogo pero bajo condiciones serias, en las que Öcalan participe con libertad plena. Hasta ahora, el gobierno de Erdogan mostró su disposición públicamente, aunque de los discursos del presidente turco a la realidad siempre existe ese camino sinuoso e impredecible.
FUENTE: Leandro Albani / Nos Diario / Traducción y edición: Kurdistán América Latina