"Resolver la cuestión kurda abrirá vías de desarrollo económico"

El investigador y escritor Sinan Ok afirmó que una de las principales razones de la crisis económica es la transferencia de los recursos del país a gastos de seguridad.

ENTREVISTAS

El investigador y escritor Sinan Ok, conocido por sus recientes trabajos en economía y destituido de su cargo en el Instituto Turco de Estadística (TÜİK) en 2016 por supuestos "vínculos con una organización ilegal", habló con ANF sobre la economía, el salario mínimo y las conversaciones en torno a la solución de la cuestión kurda.

¿Cuáles diría que son las causas profundas de la crisis económica de Turquía? 

Una de las principales causas de la crisis económica de Turquía es el desvío de recursos nacionales de los servicios públicos a los gastos de seguridad. La cuestión kurda, en particular, es un factor crítico que repercute directamente en la economía. Esta cuestión, presente desde los tiempos del Imperio Otomano y posteriormente de la República Turca, ha obstaculizado el crecimiento económico y entorpecido el desarrollo de la sociedad al destinar importantes presupuestos a esfuerzos diplomáticos y de seguridad. Desde la década de 1990, la internacionalización de la cuestión kurda ha hecho que pase de ser un desafío interno a un elemento central de la política exterior de Turquía. 

¿Cómo ha influido la cuestión kurda en la política interior de Turquía? 

La cuestión kurda ha influido profundamente no sólo en las políticas internas de Turquía sino también en sus prioridades de política exterior. En casi todas las cuestiones diplomáticas importantes de Turquía, desde el ingreso en la OTAN hasta la candidatura a la UE, la cuestión kurda ha desempeñado un papel fundamental. En los primeros años, el problema se desestimó bajo narrativas que negaban la existencia de los kurdos. Sin embargo, en la década de 1990, los kurdos empezaron a reafirmarse como participantes activos en esta narrativa. Aunque el proceso de paz marcó un importante punto de inflexión, el resurgimiento de las políticas centradas en la seguridad después de 2015 y la finalización del proceso de paz han aumentado enormemente los costes económicos y políticos de Turquía. 

¿Cómo ha evolucionado el enfoque del AKP sobre la cuestión kurda?

Cuando el AKP llegó al poder, la situación económica de Turquía era desesperada. Sin embargo, a principios de la década de 2000, se iniciaron los pasos hacia una resolución de la cuestión kurda, y el asunto adquirió mayor visibilidad en la política nacional. Durante ese periodo, el AKP se aseguró el apoyo nacional e internacional al mostrar su voluntad de abordar la cuestión kurda mediante reformas. Sin embargo, después de 2015, se abandonó el proceso de paz y el Gobierno volvió a un enfoque centrado en la seguridad. Desde entonces, el AKP ha aprovechado la cuestión kurda como herramienta para legitimar su autoridad nacional y como justificación para hacer valer las prioridades de seguridad nacional de Turquía en la escena internacional. 

¿Qué revelan los datos económicos y las tendencias del salario mínimo sobre la trayectoria de Turquía después de 2016? 

Después de 2016, la crisis económica de Turquía se ha agravado y el poder adquisitivo del salario mínimo ha disminuido considerablemente. Por ejemplo, mientras que el salario mínimo superó los 500 dólares entre 2012 y 2014, había caído a 347 dólares en 2022. Este descenso se atribuye en gran medida a las cargas financieras de la política exterior de Turquía, en particular sus intervenciones militares en Siria. La depreciación del salario mínimo frente al dólar refleja tendencias más amplias de incertidumbre económica en el país e inestabilidad diplomática en el extranjero. Aunque el salario mínimo se ha ajustado para situarse en torno a los 500 dólares en 2024, su sostenibilidad dependerá de los ajustes de los tipos de interés y de cambios más amplios en la política económica. 

¿Cómo ve la relación entre el proceso de paz y la crisis económica?

El proceso de paz ofreció importantes oportunidades de crecimiento económico. Por ejemplo, durante el periodo 2012-2014, el salario mínimo se mantuvo por encima de los 500 dólares, lo que refleja el impacto económico positivo de esta iniciativa. Sin embargo, el cese del proceso de paz y el resurgimiento de políticas centradas en la seguridad después de 2016 dieron paso a un período de profunda crisis económica. Este cambio mermó el poder adquisitivo de los ciudadanos y ahogó el potencial económico del país a largo plazo. Resolver la cuestión kurda no solo es esencial para fomentar la paz en la sociedad, sino también para desbloquear vías de desarrollo económico. Si Turquía puede abordar realmente esta cuestión y las realidades del pueblo kurdo, la lengua kurda y el Kurdistán, podría salir de su estancamiento político y económico. 

¿Qué soluciones propone para el futuro de Turquía?

Para superar sus crisis económicas y lograr la estabilidad a largo plazo, Turquía debe resolver la cuestión kurda por medios pacíficos. No se trata de una mera cuestión étnica, sino de una piedra angular del proceso de democratización del país. Reconocer la existencia de los kurdos, la lengua kurda y el Kurdistán tendría efectos transformadores tanto en la política interior como exterior de Turquía. Dicha resolución, basada en la justicia, la igualdad y los derechos humanos, allanaría el camino para una transformación más amplia de la sociedad. Las arraigadas crisis democráticas y jurídicas de Turquía sólo pueden abordarse mediante este enfoque. En última instancia, una resolución honorable no sólo abordaría la cuestión kurda, sino que también serviría como vía hacia la prosperidad de toda la nación. 

¿Cuál es su opinión sobre el papel de Abdullah Öcalan?

Hace tiempo que se reconoce a Abdullah Öcalan como una figura clave en el proceso de resolución. Tanto los actores nacionales como los internacionales parecen reconocer el papel fundamental que podría desempeñar en el tratamiento de esta cuestión. Sin embargo, no se trata únicamente del papel de un individuo. También implica diseñar un proceso de paz integral que implique a toda la sociedad. Si Turquía se comprometiera realmente a resolver esta cuestión, las reformas económicas y democráticas podrían ofrecer un futuro mejor a todos los segmentos de la población.