Saleh Nikbakht, el abogado que representa a la familia de Jina Mahsa Amini, ha sido condenado a un año de prisión y excluido de las redes sociales durante dos años por la Sección 28 del Tribunal Revolucionario Islámico de Teherán, informó la Red de Derechos Humanos del Kurdistán (KHRN).
El tribunal, presidido por el juez Amouzad, condenó a Nikbakht por el cargo de “propaganda contra el Estado”, según KHRN.
El abogado de Nikbakht, Ali Rezaei, fue informado del veredicto después de comparecer ante el tribunal esta semana.
"Lamentablemente, el tribunal hizo caso omiso de mis argumentos y los del señor Nikbakht y lo condenó a la pena máxima por este cargo, que es un año de prisión, junto con una sentencia suplementaria adicional", declaró Rezaei.
La Sección 2 de la Fiscalía Pública y Revolucionaria de Teherán procesó a Nikbakht el 11 de marzo bajo el cargo de “propaganda contra el Estado” por sus entrevistas con periodistas en el extranjero. Posteriormente quedó en libertad bajo fianza en espera de juicio.
El juicio de Nikbakht se celebró en dos sesiones, el 29 de agosto y el 2 de octubre, en la Sección 28 del Tribunal Revolucionario de Teherán, presidida por el juez Amouzad.
Nikbakht, un abogado de 72 años, tiene una carrera que abarca más de cuatro décadas. Ha asumido una amplia gama de casos con carga política y periodística, incluida la representación de activistas políticos y de derechos civiles encarcelados de origen kurdo, azerbaiyano-turco y árabe.
Nikbakht, que también tiene experiencia en periodismo, fue perseguido, citado, prohibido salir del país y detenido por los servicios de seguridad tanto antes como después de la revolución de 1979.
Ha pasado alrededor de ocho años de su vida tras las rejas por cargos políticos. Su carrera se destaca aún más por su papel en salvar las vidas de casi 30 presos políticos condenados a muerte durante su mandato como representante legal.
Jina Mahsa Amini fue arrestada por la policía moral el 13 de septiembre de 2022 en una de las calles de Teherán por llevar su hijab “inapropiadamente”.
Menos de dos horas después de ser llevada al edificio de la Policía Moral en la calle Vozara de Teherán, fue trasladada al Hospital Kasra en estado inconsciente debido a la gravedad de los golpes en la cabeza que le propinaron los agentes.
Según informes publicados, Amini tenía muerte cerebral cuando fue hospitalizada. Murió tres días después, el 16 de septiembre, en el hospital Kasra de Teherán.
Aunque la República Islámica, como siempre, anunció la causa de la muerte de Amini como “un ataque cardíaco causado por una enfermedad subyacente”, su familia rechazó esta afirmación, insistiendo en que su hija estaba perfectamente sana antes de su arresto.
Varios testigos presenciales entre los detenidos en la misma furgoneta que llevó a Amini a un centro de detención confirmaron más tarde que los agentes de policía utilizaron la violencia y golpearon brutalmente a la joven, fracturándole el cráneo.
Según el abogado de Amini, Saleh Nikbakht, no se han adoptado medidas judiciales en este caso y la investigación se ha llevado a cabo sin la presencia de su familia y su abogado.
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