En realidad, Eren Keskin, copresidente de la Asociación de Derechos Humanos (IHD), no quiere comentar la campaña política de aniquilación del gobierno del AKP/MHP contra el Partido Democrático del Pueblo (HDP). Como abogada, esto no tiene sentido para ella, porque ya no se puede hablar de un sistema legal en Turquía, dice en una entrevista con ANF sobre el arresto de 17 políticos y activistas destacados el pasado viernes.

El poder judicial está completamente subordinado a la voluntad política del gobierno y actúa por orden, explica la renombrada activista de los derechos humanos y de las mujeres. Los años 90 también fueron muy difíciles, pero incluso entonces el sistema judicial no cayó tan bajo como lo hace hoy, recuerda y continúa: "Al menos pudimos encontrar un juez o fiscal que nos habló. Ahora hay una completa anarquía. En mi opinión, el HDP es la única salida para la gente en Turquía que está siendo desgastada en este sistema unionista entre kemalistas e islamistas. Por eso se considera peligroso."

El HDP también tiene una función clave en las elecciones, dice Eren Keskin: "Con toda probabilidad, habrá nuevas elecciones anticipadas, y el HDP es un partido clave en las elecciones. Por eso esta operación tiene como objetivo eliminarlo. Nadie en su sano juicio puede creer que gente como Ayhan Bilgen, Beyza Üstün y los demás sean arrestados después de seis años como miembros del PKK. Nadie cree eso de todos modos. En mi opinión, el AKP y el MHP, que decidieron esto, tampoco lo creen. Sólo lo hacen porque está de acuerdo con sus necesidades políticas."

Necesidad de una fuerte oposición

Por el momento, la coalición AKP/MHP sólo puede contar con los votos de los círculos racistas y chovinistas, subraya la abogada. Incluso los liberales han retirado su apoyo al AKP. El propósito de la última operación del régimen de Erdogan es debilitar el HDP, dice y añade: "En cualquier caso, no hay ninguna base legal para los arrestos y detenciones. Tampoco puedo expresar ninguna expectativa. He participado en el movimiento de derechos humanos durante treinta años, pero nunca antes había experimentado un período en el que pudiera prever tan poca evolución. Como abogada, no puedo decir nada al respecto, porque nada es legal. Por lo tanto, sólo puedo apelar. En realidad, se trata de un problema de la oposición. Mientras la oposición no se fortalezca, será difícil para nosotros salir de esta situación. Es por eso que, en mi opinión, todo el mundo hoy debe estar hombro a hombro con el HDP. En vista de la gran injusticia, las actitudes políticas ya no juegan un papel importante. Independientemente de la opinión política, todas las personas que son sinceras y tienen respeto por sí mismas deben ponerse del lado del HDP. No veo otra salida".