Varias familias llevan 36 días realizando una vigilia judicial para la liberación de los y las presas que están enfermas y aquellos a quienes niega la libertad. La acción se lleva a cabo en el edificio de servicios del Colegio de Abogados de Amed.
Las familias que protestaban, a las que se realizan frecuentes visitas de solidaridad, fueron visitadas por miembros del concejo municipal y la organización del distrito de Hani del Partido Democrático de los Pueblos (HDP).
Durante la visita, Fatma Topkaya, familiar de un preso, habló sobre la situación de su hijo, Ahmet Topkaya, en la Prisión Cerrada de Adana Kürkçüler.
“Mi hijo ha estado en prisión durante seis años y fue sentenciado a 22 años. ¿Qué hizo y cuál es su delito para que sea condenado a un castigo severo? Su salud se ha deteriorado en régimen de aislamiento. No hay médico y no le dan medicinas. Enviamos dinero pero no se lo dan. Lo exilian constantemente. Todos deberían alzar la voz contra esta injusticia. Nadie acepta esta crueldad. Ya es suficiente", denunció Topkaya.
El miembro ejecutivo del HDP Hani District, İbrahim Kaya, pidió una mayor resistencia y solidaridad contra la opresión del fascismo.
El familiar de otro preso, İnci Güler, señaló las siete muertes sospechosas en las cárceles durante la última semana. “Siete presos murieron en las cárceles en una semana, dos de ellos presuntamente fueron suicidios. ¿Cómo pueden suicidarse?", se preguntó.
“No tienen ningún material en las cárceles. El estado es responsable de esto. Nuestro miedo y ansiedad aumentan día a día. Vivimos en una época peor que la de los 80. Tenemos miedo de despertarnos por la mañana, porque nos pueden informar que nuestros familiares tras las rejas se suicidaron. Esta falsa noticia de suicidio no puede aceptarse. Llamamos a las madres de los prisioneros. Cada grito es luz y esperanza”, agregó.
“Las madres deben unirse por todos nuestros prisioneros. No aceptamos esta persecución. Es inaceptable que no se trate a los presos enfermos. Todas las madres deben ponerse de pie para que la gente ya no muera en las cárceles. Tengo un marcapasos cardíaco y mi salud está empeorando. No sé si alguna vez podré ver a mi hijo. Quiero a mi hijo conmigo”, agregó Fevziye Kolakan, apelando a las madres.
“Estamos protestando por la liberación de los presos cuyas penas se cumplen y por el tratamiento de los enfermos, pero estas dos demandas no se han cumplido hasta ahora. Se dice que nuestros familiares se suicidaron. No aceptamos esto. ¡El Ministerio de Justicia debería escuchar nuestras voces ahora!”, advirtió Reşahat Ada, pariente de un preso.
“20 personas deben asistir a la vigilia cada día. Necesitamos aumentar el número de activistas para detener las muertes”, concluyó el escritor Herdem Mervanî, quien apoya la vigilia.